A la orilla de un cañaveral en el Oriente de Cuba, dos mujeres preparan el menú cubano del día en una carreta-cocina para una brigada de macheteros que trabajan en el corte de caña.
Con sorprendente destreza una de ellas cocina con leña una enorme cazuela de arroz amarillo con pollo explicando los ingredientes y la receta. Luego ambas preparan el postre: trozos de frutabomba en almíbar.
Cuando está todo listo y es la hora del descanso los obreros acuden a disfrutar el almuerzo servido como siempre en las tradicionales bandejas de aluminio.
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