La llegada de inmigrantes cubanos a Nuevo Laredo sigue sin detenerse y ya son más de 600 los que se hallan en suelo mexicano a pesar de que el espacio en iglesias y albergues se reduce cada vez más.
Todos ellos viven a diario con el temor a ser deportados en cualquier momento. Algunos de ellos, ante lo prolongado de su situación, han salido en busca de empleo para poder tener un sustento en la ciudad.
El arribo de los ciudadanos de la isla no se ha detenido a pesar que, desde el pasado 12 de enero, Barack Obama eliminó la política migratoria "pies secos, pies mojados".
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