El portavoz Sean Spicer dijo el pasado lunes que Paul Manafort "jugó un papel muy limitado en un espacio de tiempo muy limitado" en la campaña de Donald Trump, aunque se desempeñó como director de campaña durante la Convención Nacional Republicana.
Spicer indicó que Trump no estaba al tanto de los clientes que Manafort tuvo en el pasado, y que "no hay indicio alguno" de que Manafort haya hecho algo inapropiado.
El secretario de Prensa también comentó que Hillary Clinton también tenía vínculos con Rusia, y precisó que John Podesta (director de la campaña de Clinton), fue miembro de la junta directiva de una compañía energética con sede en Rusia, y que Hillary Clinton "fue el rostro de una política fracasada hacia Rusia".
La Casa Blanca ha intentado, de forma insistente, restarle importancia a los reportes de que el ex jefe de campaña del presidente Donald Trump, Paul Manafort, trabajó clandestinamente para un magnate ruso, y que incluso habría propuesto "un ambicioso plan estratégico para debilitar a la oposición antirrusa en las antiguas repúblicas soviéticas".
El tono crispado que se le escucha a Spicer en su diálogo con los periodistas en este vídeo, alude a la contradicción implícita de las afirmaciones realizadas por el gobierno de Trump, y por el propio Paul Manafort, de que nunca trabajó para intereses rusos.
En junio de 2005 Manafort propuso influir en política, acuerdos comerciales y cobertura mediática en EE.UU., Europa y las ex repúblicas soviéticas para beneficiar al gobierno de Vladímir Putin.
Manafort habría presentado sus planes al magnate ruso Oleg Deripaska, un aliado cercano a Putin, con quien llegó a firmar un contrato anual de 10 millones de dólares a partir de 2006.
Según documentos revelados, Manafort escribió en algún momento a Deripaska:
"Somos de la opinión de que este modelo puede beneficiar mucho al gobierno de Putin si se emplea a los niveles correctos y con el compromiso adecuado con el éxito".
Y añadió: "ofrecerá un gran servicio que puede redireccionar, a nivel tanto interno como externo, las políticas del gobierno de Putin".
En 2016, Manafort trabajó como director de campaña de Trump entre marzo y agosto, un trabajo por el que no cobró. Trump pidió su renuncia después de que AP revelara que su director de campaña había dirigido una operación de "cabildeo" en Washington, en beneficio del partido prorruso que gobernaba Ucrania.
Hay que recordar que esta revelación se produce al mismo tiempo que ex asesores de campaña de Trump están en el centro de una investigación del FBI y del Congreso.
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