No hay consenso sobre cómo el caracol gigante africano llegó a Cuba. Según este reportaje de Cuba Media Press fue un ciudadano cubano quien lo introdujo en el año 2014 desde Nigeria, pero el investigador del Instituto para la Investigación en Sanidad Vegetal (INISAV), Michel Matamoros Torres, aseguró en días recientes no saber cómo el depredador se instauró en Cuba.
En las zonas donde la plaga se hace más visible, como Arrojo Naranjo, Artemisa y Mayabeque, los campesinos y residentes contemplan, sin embargo, cómo su vida y sus cultivos se afectan cada vez más por la presencia del molusco -de nombre científico Achatina fulica.
“Los caracoles han proliferado de una manera terrible” comenta uno de ellos, que añade que los animales se lo comen todo: frutas, vegetales, girasol, lechuga, hortalizas, flores.
“El año pasado hubo menos plaga (…) pero este año fue una invasión completa, un ejército de caracol africano” agrega otro.
Los campesinos, por su parte, intentan deshacerse manualmente de los ejemplares pues carecen de productos para erradicarlos.
“Sanidad no ha venido por aquí” comenta en tal sentido un señor que refiere estar informado por “la prensa y los escritos que se han hecho de las afectaciones a la salud que pueden producir”.
Falta de respuestas y soluciones es lo que encuentran, sin embargo, cuando van a las entidades competentes buscando alternativas para hacer frente a la plaga.
“Necesitamos una ayuda de alguien, de una instituación alta que venga, de la presiencia nacional de la ANAP” sentencia un campesino, que alerta de la magnitud del problema al augurar que el caracol “mañana está en Playa, mañana está en Quivicán, mañana está en Alquízar”.
Recientemente se constató la presencia del peligroso molusco en Miramar.
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