Una auditoría judicial llevada a cabo por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) ―órgano responsable de fiscalizar las cuentas de Brasil― ha concluido que los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y de Dilma Rousseff hicieron una rebaja excesiva de los intereses en los préstamos concedidos a Cuba para las obras constructivas del Puerto del Mariel.
El tribunal ―con sede en Brasilia― ha decretado que fueron ilegales los descuentos de 68 millones de dólares, en concepto de intereses, en cuatro préstamos concedidos por un banco estatal, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), para el megaproyecto cubano.
Según lo indicado por un medio brasileño, el dato salió a la luz gracias a que el alto tribunal brasileño investiga todos los desembolsos efectuados por el citado banco para favorecer obras que fueron ejecutadas por empresas acusadas de corrupción, como la constructora Odebrecht, que fue la escogida por Cuba para la ampliación y modernización del Mariel.
Como el dictamen judicial confirmó la injerencia del gobierno brasileño en la concesión de préstamos a la Isla, ahora deberá ser presentado para la formulación de cargos por el presunto desfalco al erario público.
En la concesión de los préstamos a Cuba se habría implementado el mecanismo financiero Proex-Ecualización, según el cual el gobierno brasileño asume una parte de los intereses que encarecen los financiamientos, con el fin de proporcionar más competitividad a las constructoras del país.
UOL destaca que, según la ley actual, existe la posibilidad de bajar los intereses a los préstamos internacionales por un período máximo de 10 años. Sin embargo, en el caso del Puerto del Mariel, el gobierno brasileño decidió extenderle a Cuba el descuento por 25 años.
Lo anterior quiere decir que la disminución máxima de los intereses de la deuda cubana debió ser de 54,63 millones de dólares en 10 años, pero gracias a la concesión del citado privilegio, el descuento saltó a 123,11 millones de dólares.
Según concluyó el tribunal, la diferencia entre ambas cifras significó un ahorro extra para la Isla de 68,4 millones de dólares, y un aumento del gasto público brasileño más allá de lo que era legal.
El informe judicial obtenido por el citado medio destaca que las condiciones ofrecidas por el BNDES a Cuba fueron mejores que las practicadas en el mercado internacional en aquel momento.
En total, el BNDES prestó 682 millones de dólares para la ampliación y modernización del Puerto del Mariel. Los préstamos comenzaron en 2009, durante el segundo gobierno del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), y continuaron en el primer mandato de Dilma Rousseff (2011-2016).
Hasta ahora siempre se ha considerado que el alto riesgo asumido por Brasil al financiar los negocios de Odebrecht en Cuba seguía una visión del gobierno Lula de que el proceso de apertura económica de la lsla abríría oportunidades para las empresas brasileñas, y daría prioridad frente al incipiente deshielo con EE.UU.
Sin embargo, muchos consideran que no hubo utilidad real al invertir en Cuba. Gustavo Fernandes, académico entrevistado por UOL, califica de ingenuidad el hecho, y argumentó:
"Incluso si se diese la apertura económica de la Isla, Cuba está a unos 150 kilómetros de distancia de Estados Unidos. Sinceramente, ¿quién sería el principal socio comercial de Cuba, Estados Unidos o Brasil? “.
Y añadió: "No tendríamos la menor posibilidad de competir con ellos, construimos un puerto para los cubanos y los estadounidenses. Sin mencionar que la caída del embargo y la tal apertura económica no llegaron hasta hoy, por lo tanto, no hay mucho que podamos hacer en ese puerto”.
Los costos del Puerto del Mariel, inaugurado en enero de 2014 por Dilma Rousseff y Raúl Castro, ascienden a 957 millones de dólares.
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