Felicia Morfa e Hipólita S. Díaz, de 71 y 68 años respectivamente, son dos cubanas que viven en Trinidad y Tobago a la espera de obtener la solicitud de asilo que presentaron ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Ellas no se arrepienten de haberse ido de la Isla pero reconocen que en ese país viven un verdadero calvario.
“Aquí los cubanos sufren igual que en la Isla”.
Son víctimas del racimo en ese país, que según cuentan, no acepta a los hispanos.
En Trinidad y Tobago hay más de mil ciudadanos de la Isla que intentan regularizar su estatus migratorio y que llevan meses, y otros años, sin obtener respuesta.
En 2017 un grupos de emigrantes de la Isla realizó varias protestas frente a la sede de ACNUR en ese país. En diciembre la policía detuvo a nueve que llevaban casi tres meses en la calle y enero de este año fueron liberados, tras pagar una fianza de 5 mil dólares.
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