Desde hace 4 meses Hassan Al-Kontar vive en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur.
Su nacionalidad siria es su cruz. Desde que en 2011 no aceptó ir a la guerra -porque no le gustan- su vida ha sido difícil.
Ningún país lo acepta en su territorio por su condición de solicitante de asilo sirio.
Del aeropuerto de Malasia tampoco puede salir porque no tiene permiso para circular por el país.
En redes sociales Hassan ha contado su historia, y la BBC se ha hecho eco de su situación.
Este hombre sobrevive con tres comidas al día que le da AirAsia. Se pasa los días leyendo y navegando en Internet, que "es su único contacto".
Aunque suele ser optimista, dice, su estado emocional se ha visto afectado y ha tenido que luchar contra la depresión.
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