MOSCÚ, 16 jul (Reuters) - "El mejor Mundial de todos los tiempos" tuvo el final que se merecía cuando la joven selección francesa de fútbol derrotó el domingo 4-2 a Croacia para quedarse con la Copa, en un torneo en el que una serie de actuaciones sugieren que el balance del deporte podría estar cambiando.
Antoine Griezmann finalmente estuvo a la altura de la fama que su inmenso talento le había proporcionado, y Kylian Mbappé -que se convirtió en el primer adolescente en anotar en una final desde Pelé hace 60 años- parece destinado a ser la próxima gran figura del fútbol.
Paul Pogba fue otro que estuvo a la altura de su fama con su despliegue y un golazo en la final, que por otra parte fue la que tuvo mayor cantidad de tantos desde 1958.
Croacia, una nación de solo cuatro millones de habitantes, tuvo una notable actuación que la llevó al partido que definió el título, pero Francia fue un escollo insalvable después de jugar 120 minutos en sus tres encuentros anteriores, lo que equivalió a cuatro partidos en 11 días.
Rusia aprovechó el torneo para mejorar su imagen a nivel global y su reputación al romper una serie de estereotipos negativos, junto a mostrarse como una nación que puede albergar grandes eventos y recibir a cientos de miles de visitantes.
El fútbol, además, podrá usar este torneo para centrarse en lo positivo y en el futuro, mientras la FIFA trata de sacudirse los escándalos de corrupción que la hundieron en la peor crisis de su historia.
En cuanto al juego, el portugués Cristiano Ronaldo, el argentino Lionel Messi y el brasileño Neymar se despidieron antes de lo esperado, pero Francia y otros equipos mostraron figuras que aseguran el recambio de las grandes estrellas globales en el futuro cercano.
Una selección que llegó al Mundial envuelta en incertidumbre y se va con una nota positiva es la joven Inglaterra de Gareth Southgate. El equipo quedó a un partido de llegar a su primera final desde 1966, y pese a las derrotas en semifinales y el encuentro por el tercer puesto, mostró que tiene materia primera para ilusionar a sus hinchas.
Desde el partido inaugural, cuando Rusia -la selección con peor ranking de la FIFA entre las 32 clasificadas- goleó a Arabia Saudita y después de la tripleta de Cristiano Ronaldo en el emocionante 3-3 entre Portugal y España, la idea de que este Mundial podría tener un alto nivel comenzó a tomar forma.
Los grandes goles, las emociones y los partidos definidos en los minutos finales fueron moneda corriente, y para cuando el presidente de la FIFA Gianni Infantino pronunció su discurso antes de la final diciendo que el de Rusia fue el mejor Mundial de la historia, muchos expertos, comentaristas y visitantes de Rusia ya tenían esa idea en mente.
El entrenador de Francia Didier Deschamps, capitán del equipo campeón en 1998, se convirtió en el tercer hombre en levantar la Copa del Mundo como jugador y entrenador junto al brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.
"Nunca había visto una Copa Mundial con un nivel tan alto (...) Todos los equipos llegaron muy bien preparados. No sé si fue una Copa Mundial hermosa, pero hubo situaciones inéditas", señaló.
La belleza, sin embargo, está en el ojo del espectador y hubo más que suficiente durante el mes pasado para sugerir que la definición de "deporte hermoso" es algo más que un cliché para el fútbol.
Ciertamente habrá desafíos por delante. El Mundial de Qatar 2022 es una gran incógnita teniendo en cuenta la poca tradición futbolística del país, el clima inclemente que obligó a cambiar la fecha en que se disputará el torneo y el hecho de que todavía no se sabe si se jugará con 32 selecciones o con 48.
Pero la aparición de nuevos talentos, la debacle de algunas potencias -como el campeón defensor Alemania, que fue eliminado en la primera fase tras ser último en su grupo-, y el uso de la tecnología con el formato del VAR, apuntan a un futuro brillante tanto para el Mundial como para el fútbol en sí mismo.
(Reporte de Ossian Shine; Editado en español por Javier Leira)
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