El II Encuentro provincial de presidentes de consejos populares de Sancti Spíritus celebrado recientemente, se convirtió en una especie de asamblea de rendición de cuenta donde estos vieron la oportunidad para reclamar soluciones a antiguos problemas que presentan sus demarcaciones.
Según el periódico Escambray, aunque la reunión tenía como objetivo actualizarlos e informarlos acerca del acontecer socioeconómico de la provincia, en la práctica fue un escenario para plantear muchos de los conflictos que golpean la vida diaria de las comunidades y barrios.
Precisa el semanario oficialista que los consejos populares representan a su demarcación y a la vez a los órganos del Poder Popular municipal, provincial y nacional, y “están investidos de la más alta autoridad para el desempeño de sus funciones”.
Pero la teoría y la práctica son muy diferentes. Entre las diversas quejas planteadas estuvo la del presidente del Consejo Popular FNTA, acerca del mal estado de los viales.
“La Agricultura nos dice que no tiene presupuesto para eso, no se lo dan, entonces ese control escapa al ámbito del consejo”, explicó.
El dirigente abordó el caso del camino que enlaza a la comunidad 17 de Mayo, en Cabaiguán, con El Pedrero, en Fomento. “Si una unidad productora no tiene dinero para pagar a los obreros, ¿podrá aportar fondos para arreglar el camino?”, añadió.
También el presidente del Consejo Popular de El Algarrobo recordó la grave situación que presenta la comunidad Victoria de Girón, en las lomas trinitarias, adonde desde hace años no puede entrar la canasta básica.
“La sitúan en otro punto desde donde hay que moverla por medios propios, ¿va a estar toda la vida ese camino sin arreglarse?”, cuestionó.
Por su parte, la presidenta del Consejo de El Patio, en Jatibonico, se quejó del derrame de aguas albañales en su zona. “Cuando lo planteamos se nos mira mal en el municipio”, dijo.
Los consejos populares comprenden cinco circunscripciones como mínimo y se integran por los delegados elegidos en ellas, además de representantes de las organizaciones de masas e instituciones del área.
Aunque muchos de sus presidentes tienen real interés en solucionar los problemas locales y exigen para ello la cooperación de las entidades de su comunidad, en la mayoría de los casos la burocracia, la lentitud de los trámites, la falta de recursos materiales y la baja prioridad que le otorgan las entidades provocan que la población tenga una confianza nula en la figura de estos gestores.
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