“Bebo es de Cuba”, así de tajante y contundente ha titulado el diario Granma un artículo dedicado a conmemorar, ayer martes 9 de octubre, el centenario del nacimiento del gran pianista cubano Bebo Valdés.
La nota, firmada por el periodista Pedro de La Hoz, argumenta ese criterio de pertenencia en términos exclusivamente artísticos -la continuidad que dio Bebo a la música cubana estuviera donde estuviera- al mismo tiempo que borra de un plumazo una trayectoria vital marcada por el exilio y por la prohibición de ser escuchado y difundida su música en Cuba, país cuyas instituciones culturales lo reclaman de vuelta.
De la Hoz destaca que ni en “las décadas en que habitó bien lejos”, primero en Suecia y luego en España, Bebo “dejó de ser nuestro ni de promover la música cubana”.
A continuación el periodista realiza un recorrido por la obra y etapas creativas del célebre pianista, en la que destaca su brillante evolución musical, primero en Cuba y luego fuera de la Isla.
No hay en el artículo ni la más mínima alusión a los factores que llevaron a Bebo Valdés a establecerse fuera de Cuba ni el dramático relato de algunas experiencias que el propio pianista contó en sus memorias.
La monumental biografía Bebo de Cuba: Bebo Valdés y su mundo (1990 recorre varios episodios que aluden a esa dura etapa, en la que el músico declaró cómo fue objeto de claras amenazas antes de irse de Cuba:
“Cuando me fui, ya me habían amenazado con 20 años de cárcel, como hicieron con muchos amigos. Mira, aquí damos paredón a cualquiera, eso era lo que te decían los que iban vestidos de paisano, que tenían mucho que ver. Un día fui a una transmisión a la radio, y al entrar me ponen la metralleta y me dicen: ‘Tú no puedes entrar’. Y digo: ‘Pero, mi orquesta toca a las siete…’. Y responden: ‘Aquí la única persona que no está integrada eres tú’. Ésa era la palabra. Y tenías que ir a donde te mandara el miliciano, y hacer lo que te dijera. Yo estaba muy mal visto. Los mejores amigos, yo no los critico y los quiero, pero se quedaron. Así que paredón y 20 años de cárcel, y entonces llamé a Reiter [Frederick Reiter, productor, representante y amigo de Bebo] y lo preparé todo para irme. No se lo dije a nadie, ni a mi orquesta ni a mi hijo. No podía”.
El pianista explicó, además, que se dio cuenta de que el final para él había llegado después de un mitin en La Habana, en 1960. “Un día vino a casa un capitán de la guardia revolucionaria. Quería que yo le acompañase a la plaza, donde Castro estaba dando un discurso. Le pregunté si habría música y me contestó que Castro era música. Me exigían que me afiliara al Partido. Mi libertad de movimiento se estaba disminuyendo”, destacó.
La negativa de Bebo acabaría en una dura reprimenda por parte del nuevo director de Radio Progreso.
“No tengo nada en contra del pueblo cubano, de los cubanos. Tenía sólo un problema. Siempre he dicho lo mismo. No me gusta el régimen y punto. No digo que sea bueno ni malo, sólo que no me gusta”, destacó en una ocasión a propósito de su partida de la Isla.
El 26 de octubre de 1960 Bebo Valdés se fue de Cuba rumbo a México y nunca más regresó. Sin embargo, pese al relato de experiencias como las anteriores, Pedro de la Hoz ha decidido centrarse solo en la parte creativa.
"A México fue a parar en 1960, donde colaboró un tiempo con el chileno Lucho Gatica, a quien conocía de La Habana. Luego se instaló en Europa. Dejó atrás a su familia y fundó otra en Suecia", resume de la Hoz. Y añade a continuación: "Nunca entendió los cambios que tuvieron lugar en su país natal".
La culpa fue de Bebo Valdés por no entender, nada de las presiones políticas y de la prohibición posterior de su música durante décadas en la Isla, según ha reconocido en entrevistas el propio Chucho Valdés, hijo del músico.
En declaraciones a la agencia Efe, en noviembre de 2013, Chucho Valdés aludió a la "frustración" que sintió cuando la música de su padre se prohibió en la Isla.
"Luché mucho para que la música de mi padre no estuviese prohibida. El mes que viene (diciembre 2013) le van a hacer un tributo en el Festival de Jazz de La Habana", comentó entonces Chucho, y aseguró que él no asistiría al evento.
No es secreto que Cuba está en plena búsqueda, captura y recuperación de sus talentos olvidados, silenciados durante décadas por motivos políticos. La Lupe también ha vuelto, pero la declaración "Bebo es de Cuba" corroe según quién la diga, y es la reacción que este miércoles se respira en las redes sociales a propósito del artículo de Granma.
Sin embargo, Pedro de La Hoz insiste en afirmar de forma rotunda que "Bebo es de Cuba", reclama a la leyenda musical pero parece olvidar al hombre, ese que "por encima de lo anecdótico, legítimamente nos pertenece" a todos los cubanos.
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