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Chucho Valdés: "Tuve que pagar el precio de la salida de mi papá"

El pianista calificó la decisión de su padre como una de las experiencias más tristes y dolorosas de mi vida”; algo que le obligó a echarse encima el peso de la responsabilidad familiar y abrirse camino en medio del recelo de las autoridades.

Bebo y Chucho Valdés © Facebook / Chucho Valdés Oficial
Bebo y Chucho Valdés Foto © Facebook / Chucho Valdés Oficial

Este artículo es de hace 1 año

El reconocido músico cubano Chucho Valdés aseguró haber pagado un precio muy alto por la decisión de su padre Bebo Valdés de abandonar Cuba en 1960, algo que luego repercutió en su carrera profesional, siempre bajo vigilancia de censores y represores del régimen.

Entrevistado por Ian Padrón en redes sociales, el pianista calificó la decisión de su padre como “una de las experiencias más tristes y dolorosas de mi vida”, algo que le obligó a echarse encima el peso de la responsabilidad familiar y abrirse camino en medio del recelo de las autoridades de la cultura oficialista.

“Tuve que echarme el peso de la familia y también pagar el precio de la salida de mi papá. Cuando tenías un padre que se había ido, ya no eras bien visto, porque podías seguir su ejemplo. Se puede decir que pasé el Niágara, no en bicicleta, sino en patines. ¡En carriola lo pasé! Fue muy, muy duro”, dijo.

En ese sentido, recordó una anécdota de 1967, cuando lo bajaron del avión que llevaba a la Orquesta Cubana de Música Moderna a Canadá. “También bajaron a Paquito, a ‘Trompetica’ y a muchos que tenían familiares en el exterior”, relató.

La partida de su padre al exilio fue traumática para el músico, tanto por las repercusiones que tuvo en su desarrollo como profesional en Cuba, como por la cercanía que tenía con él. Bebo Valdés fue un maestro y un amigo, además de su padre.

“Yo trabajaba con mi padre en Radio Progreso, hacíamos el show del Havana Hilton. Él tenía una orquesta y un quinteto, a veces yo iba con una u otra agrupación. Tuvimos una relación mucho más allá de padre e hijo”, expresó.

El día del cumpleaños del padre, Bebo se iba con él a comer al Barrio Chino. “Todos los 9 de octubre íbamos a comer al Barrio Chino. Cada vez que terminábamos de trabajar íbamos a comer arroz frito, esas cosas. Pero el 9 de octubre de 1960 papá me confiesa que se iba de Cuba”, recordó el compositor.

Aquella noticia le afectó en lo más hondo, a pesar de que el padre le dijo que volvería en tres meses. “Cuando me dice eso para mí fue como si me echaran un cubo de agua helada. ¡Imagínate! Que se iba, pero volvía en tres meses. Se fue un 26 de octubre de 1960. Estuve raro todos esos días”.

“Yo no tuve valor para ir al aeropuerto. Fue mi mamá, fue mi hermano… Yo estuve llorando una semana, incluso creyendo que venía en diciembre. Pero pasaba el tiempo y no volvía. Con 19 años me quedé de cabeza de familia”, evocó el músico que con el tiempo se convertiría en una estrella del jazz.

Bebo Valdés y su hijo comparten igual fecha de nacimiento, la misma pasión por la música y carreras artísticas de éxito similar. Chucho siempre ha demostrado su admiración y cariño hacia su progenitor.

“Feliz día a todos los padres, aquí como padre con mi niño más pequeño y como hijo del gran Bebo. Disfruten el día”, escribió el excepcional músico el Día de los Padres hace dos años en su muro de Facebook, donde compartió una foto de tres generaciones de Valdés.

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