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En todas las esferas de la vida, en todas las profesiones, en todos los colectivos estudiantiles o laborales existen personas que son líderes natos, “el alma”, aquéllos de los que nunca se puede dejar de hablar, los que no se olvidan con el paso del tiempo.
Así es nuestro entrevistado de hoy: José Andrés Ramírez, “Pepito”, cuyo primer apellido bien podía ser baloncesto.
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En efecto, en Cuba no se puede hablar de básquet sin recordar a este hombre caballeroso, honesto, justo, amplio conocedor del deporte de las cestas, entrenador intachable, dirigente... ¡espectacular!
Nacido en Mariano, La Habana, en 1948, hijo de Olga y José de Jesús, padre de tres hombres hechos y derechos, Pepito comparte su agitada vida con otra amante del deporte, Gladys Rodés, por 18 años entrenadora del nado sincronizado cubano.
“Desde la enseñanza primaria (estudiaba en el colegio La Salle de Mariano, años 1956-59) jugaba baloncesto en las categorías menores en inter-colegiales contra escuelas privadas de la época, como Belén, los Maristas, la Baldor o Pittman.
“Así estuve hasta 1959 cuando me matriculan en la Secundaria Básica Juan Manuel Márquez. Al año parto a la campaña de alfabetización, con apenas 12 años, que realizo en Matanzas, Corral Nuevo y Puerto Escondido.
“Al regresar me incorporo a la secundaria y sigo con mi básquet. Mi estatura de 1 metro 79 centímetros me daba para ser base, posición en la que me desempeño en los Juegos Nacionales Escolares, donde compito en el mismo equipo con Ruperto Herrera, actual presidente de la Federación Cubana del deporte y miembro por 25 años del Comité Olímpico Cubano.”
¿Hasta qué edad jugaste, en cuántos eventos?
“Cuando aquello existía un Campeonato Nacional Novatos, en el que intervenían jugadores menores de 19 años; vaya, venía siendo como las edades cadetes y juveniles de hoy día. Así integré el equipo campeón de la provincia y bajo el nombre de Habana jugábamos ese Nacional.
“No sólo jugábamos sino que ganábamos. El DT era Misael Lima. Ya cuando eso, Ruperto estaba en la escuela de talentos que se incorporaba al pre-seleccionado nacional.”
¿Hasta qué nivel llegaste?
“No, de ahí no pasé. Sí jugaba municipales y provinciales, inter-escuelas del Fajardo (Instituto Deportivo), pero ya. Eso era con 15 y 16 años”
Pero el bichito del básquet no te abandonó nunca.
“¡Nunca me abandonó ni me ha abandonado! Después de la secundaria entré en el pre de Marianao y al finalizar el primer curso matriculé en la aquel entonces Escuela Superior de Educación Física, años 1965-68. Así concluí como técnico medio de Educación Física, especialidad baloncesto.
“Fui a la Isla de la Juventud a hacer mis prácticas docentes. Ahí permanecí un año y en 1969 pasé a ser entrenador de las categorías 11-12 y 14-14 años en la EIDE del Comodoro, ya en la capital.
“Al año era jefe de cátedra y dirigía el 15-16, con ellos me mantuve hasta 1972. Gané 4 años los Juegos Nacionales Escolares. Precisamente en el 72 dirigí el elenco nacional juvenil, rama masculina.”
Pepito Ramírez no olvida de esta etapa de aprendizaje y dirección, lo mucho que significó en su vida las enseñanzas de Carmelo Ortega y Ernesto Díaz, que se tradujeron en dos medallas de plata en las Esperanzas Olímpicas de 1973 y los Centrocaribes Juveniles de Guatemala 74.
Es en ese momento, que envían a José Ramírez a estudiar ruso para hacer la aspirantura en baloncesto en la entonces URSS, aunque al final, no se materializó.
“Hubo cambios en el cuerpo de dirección del básquet hombres (Carmelo y Ernesto fueron designados los entrenadores) y me llamaron como tercer preparador. Así estuve entre 1975 y 1978.”
Se sucedieron los años y Pepito en el 78 es ascendido a segundo técnico detrás de Ernesto.
“Cuando aquello Serbio Borges era el jefe de deportes con pelotas y Julio Bidopia el comisionado de básquet. Así estuvimos hasta el 80 cuando sobrevienen nuevos movimientos: Pedro Chappé es el nuevo DT de la escuadra principal y a mí me sitúa al frente del equipo B, mientras Miguelito Calderón guiaría a los juveniles, todo esto entre varones.”
La historia se haría muy larga, por lo que la abrevio: tras cuatro años, regresa Carmelo como director técnico y llama a su lado a Pepito. Un equipo con Ruperto Herrera, Conrado Pérez, Daniel Scott que fue dando paso a otro encabezado por Andrés Gibert, Leonardo Pérez, Lázaro Borrell, Leonardo Matienzo, Luciano Rivero, Roberto Simón, y que se ubica cuarto en los Panamericanos Habana 91.
Entre los años 1978-90 estuvo tanto al frente del equipo B como de auxiliar de Carmelo, en la escuadra principal con éxitos internacionales como el título dorado en la Copa Sofía después de 14 años, el segundo lugar en las Espartaquiadas de los Ejércitos Amigos, y el cuarto en las Universiadas Mundiales.
A partir de los Juegos Panamericanos de la Habana 91 volvieron los cambios y entre ellos, nuestro entrevistado pasa a trabajar por un año como metodólogo en la comisión nacional, hasta que parte hacia Argentina, donde funge como uno de los técnicos del equipo Obras Sanitarias y asesora la secretaría de Deportes y la Federación de Baloncesto de Argentina.
¡No me van a negar que Pepito ha andado montes y ciudades! ¿verdad?
“Mi trabajo en Argentina se extendió hasta junio de 1998, cuando soy llamado para dirigir a las niñas, con las cuales me mantuve hasta enero de 2004. ¿Recuerdas que estuvimos juntos en importantes eventos como el Mundial en China 2002 y los Panamericanos de Dominicana un año después?”
¡Cómo para no olvidar! Mi pasión por el básquet se multiplicó, pues de la mano de Pepito aprendí mucho más: las pantallas, los driblings, la doble pantalla, el gardeo a presión por zona o por toda la cancha, el tiro desde el perímetro se convirtió en un léxico común, ameno, enriquecedor para mí!
¿Lauros principales en ese período? ¿Momentos de dolor?
“En los Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 98 cuando tú misma inventaste aquello de 'al son de Pepón', armaron una rumbita y todo, ¿recuerdas? ¿los Centro básquet (m y f) que ganamos en Santiago de Cuba; el Preolímpico de La Habana 99 en que vencimos a Brasil, los Juegos Panamericanos de Winnipeg de ese mismo año cuando superamos a las anfitrionas canadienses y también a las chicas de Estados Unidos?
“En Sydney, aquellos Juegos Olímpicos donde quedamos en la novena posición pero se luchó, juegos muy reñidos (recordarás que tú dijiste que el prestigioso profesor Rodrigo Álvarez Cambras era el otro DT pues Dalia Henry, Lisdeivis Víctores, Lissette Castillo y Yamilé Martínez estuvieron hospitalizadas, operadas de diferentes lesiones, antes de esos Juegos Olímpicos).
“El oro en el Centro básquet de México 2002 y también el noveno escaño en el Mundial chino, donde nos tocó bailar con la más fea con aquel grupo de la muerte que daba miedo. Ni qué decir de los Panamericanos de Dominicana, oro al derrotar a Estados Unidos.
“Oye, logramos ubicar a nuestro baloncesto en el lugar 5 del ranking mundial en el cuatrienio 1998-2002, gracias al sexto puesto de las juveniles en su Mundial de República Checa, y los primeros escaños alcanzados en Centrobásquet, preolímpico y premundial.”
La vista de Pepito, el alma del básquet cubano, se pierde más allá de sus limites visuales recordando cada canasta, cada error, cada victoria, cada revés.
Más allá de éxitos y reveses se halla el factor humano. ¿Qué jugadoras te impactaron más en ese período del 1998 al 2004?
“Yamilé Martínez, centro; Yaquelín Plutín, alera pivot; Suchitel Ávila, delantera; Yuliseni Soria, defensa atacadora y Lissett Castillo, base, una armadora extraordinaria. Ellas, sin olvidar a Yaima Boulet. Oyanaisis Gelis, Milaida Enrique, Grisel Herrera y Dalia Henry.”
Pepito, y ya que hablamos de esa etapa en la que dirigiste a la muchachas, ¿odrías elegirme un equipo CUBA ideal sin tener en cuenta épocas?
“Por supuesto que doña Leonor Borrell encabeza la escuadra aunque la Peca Martínez (líder reboteadora en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92) no queda muy detrás. Yaquelín Plutín, Milaida Enrique, Bárbara Bécquer, Reglita Hernádez, Grisel Herrera, Suchitel Ávila, Margarita Skeet, Lissette Castillo, Yuliseni Soria, Dalia Henry y Oyanaisis Gelis. DT: Manuel 'el gallego' Pérez, bronce en el Mundial de Malasia 90 y cuarto en Barcelona 92.”
Tú que has dirigido mujeres y hombres, ¿cuál de los dos prefieres?
“No es un problema de gusto, pero ustedes son más dúctiles, escuchan más, prestan mayor atención, son más disciplinadas, cumplen más el plan de entrenamiento.”
O sea, ¿te quedas con nosotras, no?
“Jajá. Yo no he dicho eso”
A partir del 2004, cuando cesas en tu función de DT del femenino, pasas a trabajar en la Comisión Nacional, hasta que en 2016 te nombran metodólogo y jefe de la comisión técnica del básquet cubano.
“No es fácil, nada fácil ocuparse prácticamente de todo lo que concierne a un deporte como el baloncesto, que llegó a ser el segundo espectáculo deportivo del país, sólo superado por la pasión del cubano: el béisbol.
“Estuve 13 años como comisionado, reorganizando las Ligas Superiores, tanto masculina como femenina con el incremento de equipos y en pos de una calidad que atrajera de nuevo a la afición, la participación de todas las provincias.
“La asistencia de los jugadores (m y f) a eventos internacionales, cuyos resultados, aunque aún no son los esperados, han dado pasos como por ejemplo el bronce en los Panamericanos de Río de Janeiro, el oro en los Centrocaribes de Cartagena de Indias en el 2006 y en Veracruz 2014 (en el caso de las féminas).
“El cuarto del masculino en la propia cita azteca, el bronce del femenino en la justa continental de Toronto, el primer lugar de la Copa América de Jalapa clasificando para el Mundial de Turquía (quedamos oncenas allí), fueron logros, avances de un trabajo incesante.”
Muy cierto lo dicho por Pepito. A pesar de jugadores que se hayan marchado, la baja estatura en el caso de las mujeres, la disminución de topes internacionales, el deporte de las cestas se ha apoyado en sus mismas bases nacionales y, al menos, se han fortalecido sus competencias nacionales: el TNA y la LSB (Torneo Nacional de Ascenso y la Liga Superior).
El empleo de los refuerzos, novedad empleada por el básquet, antes que la pelota, fortaleció la liga e impidió que figuras de equipos que no clasificaban se perdieran.
“Recuerdo las críticas que recibí; primero fuiste tú misma, después Rodolfo García y así, la mayoría de los especialistas de la prensa que cubrían el básquet, pero luego, todos reconocieron que nosotros teníamos la razón.”
Y después de todo este trabajo realizado, quizás cuando más tranquilo estabas, te llama Dalia Henry, comisionada nacional, para que guiaras a los varones rumbo a Barranquilla, apenas cuatro meses antes de los Juegos regionales.
¿Aceptaste de inmediato?¿A tu edad no era un reto muy difícil?
“¡Qué va! No me digas viejo, ¿eh? Estuve cuatro meses en un entrenamiento intenso, conté con el apoyo de un grupo de entrenadores jóvenes como Yoanis Saldívar, y mira cómo pudimos ubicarnos en el podio de la cita regional colombiana.
“¿Y quieres que te diga algo que todos pudieron observar por la televisión? Podíamos haber discutido la final y ahí había de todo. La preocupación tan grande que teníamos por haber sido ubicados en el grupo de la muerte nos impidió hacer más. Los nervios nos jugaron una mala pasada.
“Nosotros estábamos junto República Dominicana, México, Bahamas, y sólo avanzaban dos. Por la otra llave, al no asistir Panamá, Puerto Rico, Colombia e Islas Vírgenes jugaban sin tanta presión, con más recuperación.
“Así y todo ganamos el grupo y nos enfrentamos a Colombia, segundo de la otra agrupación, y perdemos con ellos, sobre todo por el desgaste que nos reportó derrotar a México con anterioridad. No es justificación, es la verdad.
“Además hay que reconocer que los colombianos nos jugaron muy bien y supieron aprovechar la localía. Así, agotados, llegamos al choque por el bronce, y en tiempo extra vencimos a los favoritos dominicanos. Era tanta nuestra alegría que sólo nos salió un grito: ¡Viva Cuba!”
Comencé diciendo que Pepito Ramírez era el alma del básquet cubano. Ése que cocina la mejor paella valenciana que existe, el que repite las anécdotas de Carmelo Ortega y hace reír a todos, el técnico serio y capaz de en cuatro meses llevar un equipo al podio, el mago que sabe manejar sus cartas y lograr la victoria.
Pepito, ¿qué tenías escrito en la tablilla de juego en Barranquilla?
“Tres palabras: honor, valentía, defensa”, y créeme que funcionó.”
¿Qué le resta al básquet varonil? ¿Qué futuro ves?
“La FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) para los hombres implantó un sistema de ventanas, imitando al fútbol. Ahora nuestros mundiales no van a coincidir con los de fútbol, algo verdaderamente inteligente.
“Entonces, el sistema de clasificación cambió. Jugamos escalonadamente por cuatro años. Empezamos 16 conjuntos de América distribuidos en 4 llaves de 4, que jugamos dentro de esa llave en partidos de ida y vuelta.
“Avanzan los 3 primeros, quedan 12¸después serán 2 grupos de 6 avanzando los 3 primeros y el cuarto que mejor resultado tenga hasta completar los 7 que la FIBA le reserva a nuestro continente.”
De los 32 países que asisten al Mundial masculino, 7 son de América, 7 de Asia, 10 de Europa y otros 7 de Asia-Oceanía. En el caso del venidero Mundial, ya China está clasificada por ser la anfitriona.
“En nuestro caso no logramos avanzar por lo que estamos a la espera de un repechage que nos permita volver a ascender a la primera división. Es complicado”.
Menuda tarea tienes ante sí amigo de tantas batallas.
“Sí, pero no me amilano. Me siento bien: soy responsable nuevamente por el trabajo de un equipo. Después de 32 años, el básquet (m) coge una medalla de bronce en Juegos Centrocaribeños. Estos muchachos tienen potencial, hay que trabajar con ellos.”
Además hay varios que juegan en otras ligas y eso siempre ayuda, ¿no?
“En efecto, en estos momentos seis de ellos juegan por Cubadeportes en otras ligas: Javier Juztiz, un centro de 25 años que compite por el club Saragoza de la fuerte liga española; Jasiel Rivero, centro delantero, 25 abriles, en el San Andrés de Argentina; Karel Guzmán, se desempeña entre las posiciones 2 y 3, en el Junín argentino; Yoanki Mencía, 20 años, alero, en el Estudiantes de Comodoro Rivadavia, también en tierras gauchas; Lisván Valdés, 28, en el Santa Tecla de El Salvador, y Orestes Torres, en el país centroamericano y ya con 30 años, retirado de la selección nacional.”
Y al unísono, en el Cerro Pelado se trabaja con el resto de la preselección así como se buscan talentos en toda la Isla.
“Tenemos un grupo de jóvenes talentos, altos, que día a día ganan en experiencia y técnica del básquet y ahora mismo se trabaja por regresar a las posiciones cimeras que teníamos a niveles regionales y continentales.
“Clasificar para Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos es, realmente, un propósito mucho más difícil de alcanzar, así que vamos poco a poco.”
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