Tras varios meses de inactividad, el boxeador cubano Luis Ortiz (29-1, 25 nocauts) enfrentará la noche de este sábado al veterano estadounidense Travis Kauffman (32-2, 23) en el Staples Center de Los Ángeles.
La meta del camagüeyano será mantenerse en carrera por otra oportunidad para una pelea de título mundial. Precisamente, lo hará en un escenario mayúsculo, pues después de su presentación llegarán dos de los mejores de la categoría superpesada: Deontay Wilder y Tyson Fury.
“King Kong” buscará cerrar un 2018 que transcurrió entre paños tibios. Primero, tuvo un chance enorme al combatir frente a Wilder, en marzo, donde lució muy bien hasta los últimos compases. Fue entonces cuando “El Bombardero” conectó sus golpes endemoniados y mandó a “dormir” al hasta entonces invicto cubano.
Después, salió airoso sin excesos de un pugna que solo buscaba dejarlo bien parado tras el fracaso. El objetivo fue demostrar que estaba listo para mantener la llama de su carrera y el fornido fajador dejó claro sus intereses.
Ahora, la idea es ratificar su presencia en los puestos de privilegio del peso. Nada está dicho, a pesar de cruzar los 35 años de edad. Joshua podría llegar un día; el perdedor del Fury-Wilder podría llegar un día; el ganador del Fury-Wilder también podría llegar un día.
A esta altura de la carrera de Ortiz, todo se trata de saber esperar el momento perfecto y estar listo para ese segundo crucial. Pero para ello, hay que dejarse ver, hay que hacer saber que existe un peleador nombrado “King Kong” listo para venideras batallas sobre el ensogado.
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