La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), han anunciado una serie de acciones dirigidas a prevenir más muertes de niños inmigrantes, como las de dos pequeños guatemaltecos que fallecieron recientemente mientras estaban bajo la custodia del citado organismo.
Según VOA News, la agencia ha comenzado a realizar controles médicos de seguimiento a todos los menores bajo su custodia, con especial profundidad en los menores de 10 años.
Además, está colaborando con la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas para proveer de más transporte a los centros de refugiados y para tratar los problemas de capacidad que existen en la zona de El Paso, Texas, donde murieron ambos niños con diferencia de pocas semanas.
Los oficiales refieren que es muy probable que los pequeños no comieran ni bebieran lo suficiente antes de llegar a la frontera.
Sin embargo, los críticos de la política de inmigración de Donald Trump culpan de estas tragedias al tratamiento severo que los migrantes reciben al ingresar ilegalmente al país.
La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional denunció que la actual administración está alejando ilegalmente y de manera deliberada a los solicitantes de asilo de los puntos de entrada, lo cual retrasa el procesamiento de las personas que buscan protección.
De momento, el portavoz de CBP no pudo esclarecer cuántos niños permanecen retenidos bajo su jurisdicción. Aunque se conoce que mensualmente procesa miles de niños, con o sin sus padres.
El 8 de diciembre Jakelin Caal, de siete años, se enfermó y luego murió cuando estaba junto a su padre bajo la custodia de CBP.
Dos semanas después, justo después de la medianoche del día de Navidad, Felipe Gómez Alonzo, de ocho años, también murió en circunstancias parecidas.
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