El pasado 11 y 12 de enero se cumplieron ocho años del terrible suceso del Hospital Psiquiátrico de Mazorra, en La Habana, donde a causa del frío, el hambre y el descuido murieron más de 24 enfermos mentales ingresados en ese lugar.
La organización no gubernamental CubaArchive.org hizo público un informe sobre salud en Cuba a raíz del aniversario de este episodio, donde se refiere a este suceso pero además denuncia el empeoramiento de la salud en la Isla.
"Hasta la fecha, la opinión pública mundial ha estado al tanto de las terribles condiciones de la sanidad pública en Venezuela luego de adoptar el modelo cubano. Son muchas las similitudes con Cuba. Pareciera que los castro-chavistas hayan estado contando con que la comunidad internacional eventualmente pase por alto la realidad en Venezuela, tal como ha sucedido con Cuba. No obstante, el costo el vidas y sufrimiento humano es enorme en ambos países", sostiene el informe.
A continuación, reproducimos íntegramente el informe de la ONG, que viene a ser una denuncia al país que muchas veces se autoproclama como "potencia médica" mundial.
"Este mes recordamos muy especialmente a las víctimas de una tragedia totalmente evitable. El 11 y 12 de enero de 2010, murieron de hipotermia más de dos docenas de los 2,500 pacientes del Hospital Psiquiátrico de La Habana, "Mazorra". Una inusual ola fría, con temperaturas de alrededor de 40 grados F (4.4 grados C), agarró a los pacientes gravemente desnutridos, semidesnudos y sin mantas en una instalación con muchas de sus ventanas rotas o faltantes.
Cuando defensores de los derechos humanos en Cuba alertaron a la opinión pública internacional y reportaron alrededor de 40 víctimas, el Ministerio de Salud Pública emitió un comunicado reportando 26 muertos. Luego declaró que se tomarían medidas contra los responsables por "un fallo al no adoptar medidas oportunas para proteger a los pacientes." El gobierno organizó un operativo de seguridad alrededor del hospital, se instruyó a los trabajadores que guardaran silencio y no se proporcionó información alguna sobre los pacientes que fueron hospitalizados en estado crítico, se dijo que eran muchos. Las fotografías que aparecen en este informe se tomaron en secreto en la morgue de La Habana y fueron enviadas al extranjero. Muestran el estado de inanición de las víctimas y la forma inhumana en que se manejaron los cadáveres. Ver fotos enhttp://www.penultimosdias.com y https://profesorcastro.jimdo.com.
Con la atención pública centrada en el hospital, las condiciones mejoraron considerablemente. Se enjuició a varios trabajadores y en enero de 2011 trece fueron sentenciados a prisión entre 5 y 14 años. Sin embargo, los vecinos informaron que era usual ver a los pacientes pidiendo comida en las calles cercanas al hospital (los administradores y trabajadores se estaban robando la comida) y ninguna autoridad gubernamental se había preocupado de investigar.
El caso de Mazorra se puede considerar extremo sólo porque rara vez hace tanto frío en Cuba y porque se enviaron las fotos fuera de Cuba. La triste verdad es que las terribles realidades de la atención médica en Cuba se le han ocultado al mundo durante mucho tiempo gracias a los gigantescos recursos que el inmenso aparato de propaganda e influencia del régimen cubano dedica a desinformar sobre los servicios de salud “maravillosos, universales y gratuitos”.
Pocos saben, por ejemplo, que la Seguridad del Estado sigue enviando a Mazorra a personas castigadas por "ofensas” políticas. Daniel Lorente, quien irrumpió el 1ro de mayo 2017, día de los trabajadores, en el desfile de la Habana con una gran bandera estadounidense fue encarcelado en Mazorra durante meses por su atrevida hazaña. En junio de 2018 el rapero Henry Laso, "El Encuyé", también fue internado durante meses en Mazorra y en otras instalaciones psiquiátricas en Holguín y Sancti Spíritus por sus canciones críticas del régimen; fue excarcelado sólo después de declararse en huelga de hambre.
El cofundador de Archivo Cuba, el difunto Armando M. Lago, Ph.D., documentó junto con Charles J. Brown la sistemática tortura psiquiátrica a la que se sometía a presos políticos en su publicación de 1991 "La política de la psiquiatría en la Cuba revolucionaria". El gobierno cubano también publica estadísticas de salud manipuladas y mantiene un número limitado de instalaciones de primera clase para exhibir a los extranjeros y tratar a la nomenclatura. La mayoría de la comunidad internacional acepta las excursiones guiadas y los relatos fabricados sin cuestionarlos.
En la Cuba revolucionaria siempre ha existido una gran diferencia entre la atención médica precaria para el cubano promedio y la atención de primera clase para la elite gobernante y los extranjeros que pagan con moneda fuerte. La mayoría de los cubanos debe traer sus propias toallas, almohadas, sábanas y mantas o corren el riesgo de tener que dormir en camas sucias manchadas de sangre y otros fluidos corporales. Faltan las medicinas, el equipo médico, e incluso los suministros más básicos, mas la comida es inadecuada. Las instalaciones están en mal estado, muchas literalmente se desmoronan, la higiene es muy deficiente y hasta el agua falta a menudo. El problema es tan serio que se prohíbe tomar fotografías en algunos hospitales.
Cualquier búsqueda rápida en YouTube.com o Google producirá muchos ejemplos recientes. Citamos algunos: Sanjeev Sabhlok, “The disastrous state of the Cuban health system” publicado en Septiembre 2018; Belén Marty, “Inside the Cuban Hospitals That Castro Doesn’t Want Tourists to See” Oct 18, 2016; y Free Healthcare?
Archivo Cuba también ha documentado cientos de muertes de presos en Cuba por condiciones médicas y falta de atención médica. Los presos, incluyendo muchos jóvenes que entraron sanos a prisión, a menudo mueren por condiciones que no son graves. Se sospecha que las autoridades penitenciarias manipulan deliberadamente los alimentos y el agua para afectar la salud de los presos y algunos han muerto en circunstancias sospechosas reportadas como relacionadas con su salud. Estas muertes documentadas son sólo la punta del iceberg; se sabe que la situación es mucho peor, pero no se puede documentar porque Cuba niega a las organizaciones humanitarias acceso a los centros de reclusión. Actualmente, el sufrimiento en las cárceles es extremo y se cree que muere un gran número de reclusos anualmente.
Hasta la fecha, la opinión pública mundial ha estado al tanto de las terribles condiciones de la sanidad pública en Venezuela luego de adoptar el modelo cubano. Son muchas las similitudes con Cuba. Pareciera que los castro-chavistas hayan estado contando con que la comunidad internacional eventualmente pase por alto la realidad en Venezuela, tal como ha sucedido con Cuba. No obstante, el costo el vidas y sufrimiento humano es enorme en ambos países.
El régimen cubano, por su parte, ha desarrollado un esquema de lucro con la sanidad, algo que el chavismo aún parece no haber llevado a Venezuela. Los pacientes de cualquier edad que requieren incluso los procedimientos médicos más básicos tienen que "donar" sangre "con fines altruistas". Sin embargo, la sangre se utiliza para elaborar derivados sanguíneos para un negocio de exportación que le genera al estado millones de dólares al año. Asimismo, Cuba exporta partes del cuerpo de donantes fallecidos que desconocían que sería para otro negocio multimillonario del gobierno. Para colmo, las instalaciones médicas en todo el país carecen de doctores ya que el estado tiene otro gigantesco negocio de esclavitud moderna exportando trabajadores de la salud que le generó $8 mil millones de dólares en el 2017.
Si visita Cuba, ayude a salvar vidas rompiendo el bloqueo de información sobre “la verdadera Cuba”
Si va a Cuba por cualquier motivo, le instamos a que visite de forma independiente cualquier clínica de barrio u hospital, en cualquier ciudad, que no sea parte del "Circuito Potemkin" de las instalaciones de exhibición (la gran mayoría de las instalaciones médicas del país no lo son). Vaya sin “facilitadores” asignados por cualquier instancia del estado, incluyendo funcionarios de salud pública. No interfiera con la atención médica pero eche un vistazo; si habla el idioma con fluidez y con acento cubano, haga preguntas discretamente a cualquier persona que no esté en una posición de autoridad. (No diga nada si no habla “español cubano” para evitar problemas). Envíenos una nota sobre sus impresiones y las fotografías que haya podido tomar y háganos saber si podemos compartirlas (con crédito para usted o anónimamente, como prefiera). Además, comparta su experiencia en las redes sociales con sus amigos, su periódico local, sus representantes electos, autoridades gubernamentales, agencias internacionales y organizaciones de derechos humanos. ¡Ayudará a salvar vidas!"
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