Después de una mala campaña 2017-2018, la zafra sigue sin levantar cabeza en Cuba. La industria azucarera de la Isla ha pasado de soñar con producir 10 millones de toneladas de azúcar en 1970, un fracaso conocido como la zafra de los 10 millones, a cerrar el año pasado con poco más de un millón de toneladas producidas. Tan mal fue la temporada anterior, que el Gobierno de Díaz-Canel terminó importando azúcar de Francia.
Las cosas no han mejorado en esta campaña. En principio, el Gobierno esperaba revertir los bajos resultados de la molienda 2018-2019, afectada por incumplimientos y clima adverso. Sin embargo, este miércoles Julio García Pérez, presidente del Grupo Empresarial Azcuba, reconoció que se ha molido menos caña de la planificada y el plan sólo se ha cumplido al 82%.
Esta vez la culpa es de las roturas e interrupciones, el retraso en la importación de piezas de repuesto y neumáticos, la ineficiencia y también de la lluvia, según recoge Cubadebate.
El pasado 28 de febrero Azcuba reprogramó la campaña y tomó la decisión de paralizar algunos centrales que considera "ineficientes", reforzar el control en las fábricas y reorganizar "la vinculación en la entrega de caña entre ingenios y provincias".
En opinión del gobernante Díaz-Canel hay que trabajar para mejorar los resultados y para ello ha propuesto crear una comisión que busque salidas para empezar la próxima zafra en mejores condiciones.
Su solución pasa por una consigna: "Crecernos ante las dificultades" y aprovechar marzo y abril.
Cuba inauguró el 2 de noviembre pasado la zafra azucarera 2018-2019 con el objetivo de producir 1,7 millones de toneladas, por debajo de los 1,8 millones de toneladas de azúcar de 2016-2017.
La campaña que concluirá el mes que viene empezó con 54 fábricas de azúcar, aunque estaba previsto que en una primera etapa movieran sus máquinas sólo 20 ingenios.
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