Las dos primeras iglesias católicas que se construyen en Santiago de Cuba en más de 60 años se encuentran hoy en diferentes fases: la primera, al 80 por ciento de ejecución su casa parroquial, y al 10 por ciento el templo; y la segunda, aunque ya está aprobado el proyecto, se gestiona en la actualidad un nuevo terreno para su emplazamiento final.
Ambas iglesias se ubican en lo que son íconos del apadrinamiento de Rusia y el campo socialista a Cuba, décadas atrás, en materia de solución de viviendas: los centros urbanos con más de 830 edificios que empleaban la tecnología gran panel soviético.
La primera iglesia, y más avanzada en su construcción, está en el Centro Urbano José Martí, en la avenida de Las Américas, justo al lado de la estación de policías, en un área de tres mil metros cuadrados.
Según el ingeniero Fausto Veloz García, jefe del Grupo de Construcción e Inversiones del Arzobispado, "esta iglesia se llamará la Anunciación de la Virgen María. Está compuesta por un templo y una casa parroquial, donde vivirán cinco sacerdotes. Tendrá todas las facilidades de agua, cisterna, redes sanitarias y una capacidad de 350 fieles, básicamente para las personas del distrito José Martí y de toda la urbanización cercana, como La Risueña y el área aledaña a la Universidad de Oriente. Tiene una estructura de hormigón armado, entrepiso de hormigón armado y cubierta ligera, y tendrá biblioteca, sacristía, una capilla, garaje, acceso vehicular, peatonal, sistema de tierra y pararrayos, iluminación interna y externa…, es la primera y más grande iglesia construida después del triunfo de la Revolución" en Santiago.
Como detalle significativo, especifica el ingeniero, "esta iglesia estará coronada por la misma estructura metálica que se usó en el altar que se hizo a su Santidad Benedicto XVI, en la Plaza de la Revolución, en ocasión de su santa visita en marzo del 2012. El templo tendrá cimentación y columnas monolíticas, estructura metálica y cubierta ligera, en este caso tejas metálicas. Está diseñada para soportar terremotos de hasta ocho grados y huracanes de gran intensidad".
Se tiene previsto entregar la casa parroquial en junio de 2019, y el templo para diciembre de 2020. Actualmente están en orden todos los permisos que se necesitan por parte del gobierno para la terminación de dicha obra, que se realiza con medios propios del Arzobispado y en la que laboran aproximadamente 40 trabajadores.
Igual será la segunda iglesia católica que se pretende construir, en este caso, en el Centro Urbano Abel Santamaría.
Detalla Fasto que “se llamará San José Obrero y la diferencia es que tendrá más área pero la parte construida es básicamente igual. Actualmente estamos en discusión con Planificación Física en relación al terreno que se nos dio, porque es un terreno muy malo, que no lo queremos porque la cimentación costará demasiado, y estamos en conversación pues queremos un terreno más alto”.
Estas dos inversiones, tanto la de la iglesia que hoy se ejecuta como el templo que se levantará posteriormente en el Centro Urbano Abel Santamaría, se unen a otras que han rescatado parte del patrimonio religioso en Santiago de Cuba, cuya obra insigne en los últimos años fue la reparación capital de la Catedral, edificio icónico que exigió y demandó de varios años de esfuerzos, y que también fue liderada por este grupo del Arzobispado.
Sin embargo, aún hoy varios templos católicos de la época de la colonia esperan intervenciones constructivas con mayor o menor grado de profundidad, en una ciudad que se precia de poseer un patrimonio religioso con obras que volvían criollos los proyectos de la metrópolis, de una arquitectura adaptada a las condiciones sismológicas y ambientales de la antigua villa, con tecnología mudéjar que fue también atemperada, y que son hoy sitios que atesoran valiosas creaciones artísticas.
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