La Iglesia Sagrado Corazón de Jesús en El Vedado realizó una singular procesión este Viernes Santo, en silencio y en el patio de la parroquia, porque el régimen les prohibió salir a las calles.
La semana pasada el gobierno cubano en un comunicado oficial le prohibió a esta comunidad católica de El Vedado realizar la procesión del Santo Entierro, una actividad que forma parte de la Semana Santa.
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El Viernes Santo varias personas compartieron imágenes en las redes sociales de la misa en la iglesia, que estuvo muy concurrida. El usuario Pedro Luis García dijo que fueron testigos de una "procesión secuestrada".
"La fe no impidió a los feligreses realizar la procesión por el patio interior de la Iglesia tras la prohibición de las autoridades. Se desarrolló en silencio en horas de la tarde, y ante los ojos de corresponsales de la prensa extranjera radica en Cuba", dijo García.
El sacerdote Lester Rafael Zayas Díaz, pidió a la comunidad que mantuviera la calma, la disciplina, y en silencio hicieron la procesión en el patio de la parroquia este Viernes Santo, con todas las ceremonias que lleva.
El sacerdote había explicado previamente que la decisión del gobierno, para negar esta actividad, se debe a que las autoridades no están de acuerdo con sus homilías.
Recordó que negar la procesión como castigo a un párroco es absurdo, y constituye una violación de la libertad religiosa.
La misa del padre Lester Rafael Zayas Díaz este viernes tocó diversos temas, pero en particular se refirió al amor de las madres cubanas que rezan a Dios por sus hijos que están lejos de la isla y enfrentan adversidades
Zayas ha enfatizado en varias ocasiones que él no es "un cura político". Sin embargo, asegura que no puede evitar tocar temas de la realidad cubana en sus misas, porque es en lo real donde se encuentra a Dios.
Otras iglesias cubanas sí pudieron celebrar sus procesiones en Viernes Santo. Los feligreses salieron a las calles en barrios como La Habana Vieja, en poblados como el de Alquizar o en Ciego de Ávila.
El régimen mantiene el control para limitar o perseguir la expresión pública de la fe, sobre todo cuando se involucra el ámbito cívico o el espacio público.
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