La situación que viven los vecinos de Regla por la contaminación que genera la Refinería “Ñico López” ha sido objeto de investigación y denuncia de la publicación digital Periodismo de Barrio. El sitio web, especializado en temáticas medioambientales, pone sobre la mesa un debate que hasta el momento no ha recibido respuestas de las autoridades cubanas, como denuncian los entrevistados.
“Está llegando una peste aquí a gasolina o a luz brillante. (…) A mi madre, que es la que está en casa todo el tiempo, tuve que conseguirle una máscara porque el olor la marea. Llamé al CITMA, nunca me salió nadie, le mandé dos mensajes por la página de Facebook, no me respondieron” se queja Claudia Mena, quien reside en este municipio de La Habana.
Periodismo de Barrio denuncia que varias han sido las vías utilizadas para hacer conocer a los organismos estatales la contaminación y molestia que genera la refinería. Sin embargo, en dos años no se ha obtenido ningún resultado favorable para los vecinos.
“Los vecinos están mareados, los labios se me pelan, me arde la nariz, la garganta… No sé qué cosa es, pero nos están matando”, dice Katia Fernández, una de las residentes del municipio más industrializado de la capital cubana.
Otra persona entrevistada por este medio de prensa independiente dijo que “cuando eso está soltando un humo blanco que dicen que es amoníaco o azufre, se siente tremenda peste”. Se refiere a las chimeneas de la refinería, y agrega “una más gorda y otra que anda por ahí, que es más fina, y lo que suelta es candela. Eso es casi todos los días”.
Orestes Hernández asegura haber trabajado como inversionista y comercial en una empresa de mantenimiento a refinerías, por lo tanto, sabe bien que “ellos allí tienen plantas con una serie de desperfectos y fallos propios de una instalación con un equipamiento de más de 50 años”. También afirma que “hay veces que se siente un olor desagradable, pero el ruido no es tan molesto. Dura segundos y casi nunca es en horarios nocturnos porque enseguida se tramitan las quejas”.
La Refinería “Nico López” fue nacionalizada en 1960 por el gobierno revolucionario. Las compañías extranjeras Esso Standard Oil, Texaco y Shell se negaron a procesar el crudo proveniente de la antigua URSS y esta tensión provocó que el gobierno de Fidel Castro interviniera la instalación.
Con el paso de los años alrededor de la refinería fueron creándose localidades donde sus residentes hoy presentan infecciones respiratorias agudas, relacionadas con la contaminación atmosférica que afecta a la zona.
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