Después de recibir una paliza de 10x2 en el quinto y último duelo del tope bilateral contra los universitarios de Estados Unidos, la escuadra cubana de béisbol que asistirá a los inminentes Juegos Panamericanos ha dejado un sinsabor inevitable en su cada vez más reducida fanaticada.
Poco puede salvarse de la actuación insular en Carolina del Norte, como no sea el bateo desaforado de Yordanis Samón (.474) y, en menor medida, de Yoelkis Guibert (.294) y Yuniesky Larduet (.278).
Tan pobre fue el desempeño que el diferencial de carreras anotadas ancló en +21 (32 por 11) para los anfitriones, lo cual constituye el dígito más alto en la historia de esta clase de encuentros.
A la hora del resumen, los colegiales ganaron cuatro de cinco partidos, aumentaron a 23-16 su ventaja en la tradicional Serie Amistosa, y llegaron a seis triunfos globales en ocho topes, cinco de ellos sucesivos.
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