Vídeos relacionados:
El cubano Juan Antonio González Castro es uno de los tantos vecinos de la calle Rosales, ubicada en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo (La Habana), que ha denunciado la inactividad de las autoridades, durante casi ya un año y medio, ante la existencia de una tupición del drenaje albañal.
Como resultado de esta incómoda situación se ha conformado una laguna al fondo de los edificios del barrio, donde proliferan roedores y otros tipos de insectos que atentan contra la salud de los residentes del área.
Lo más leído hoy:
Según explicó González, en una misiva enviada al diario oficialista Juventud Rebelde, cada vez que llueve las aguas pútridas retroceden y brotan por las bañeras y los vertederos de las casas. Sin hacer mención del horrible hedor, cuya presencia es constante.
“Lo más grave es que en el edificio 48, con esa tupición las aguas albañales ya rodean el motor que bombea el agua potable”, subraya.
González presentó hace más de un mes atrás una queja escrita a la directora del policlínico. Esta, a su vez, envió a un inspector para analizar la problemática. El habanero también acudió al Comité Municipal del Partido, donde lo reorientaron a las oficinas locales de Aguas de La Habana e hizo entrega de otra reclamación formal.
A pesar de haber seguido todos los pasos dictaminados por las autoridades competentes, González y el resto de los vecinos siguen sin poder deshacerse de las aguas albañales.
Lamentablemente, el panorama descrito por González no corresponde a un caso aislado en la capital o incluso, en el territorio nacional. Hace tan solo un mes atrás, vecinos del barrio Jesús María, en La Habana Vieja enviaron a la redacción de CiberCuba fotos y videos donde muestran cómo las aguas albañales han inundado el lugar.
De acuerdo con uno de los moradores del área, Esteban Rodríguez, las inundaciones se deben a unos arreglos que ha estado realizando Aguas de La Habana en otros lugares de la capital, pero que ha repercutido en Jesús María. A la par, se trata de un barrio marginal que goza de la desatención de los encargados.
Archivado en: