Rodolfo Palmero Romero, un guantanamero que sufre de una enfermedad terminal, ha denunciado la mala atención recibida por parte del Gobierno provincial y nacional.
“Yo no le pido al Gobierno cubano que me haga un palacio o un castillo, sino que me eleve las condiciones de vida que tengo yo en mi hogar, para pasar los últimos años que tengo”, declaró el cubano en una reciente entrevista concedida a Cubanet.
El isleño padece de una insuficiencia renal crónica, por ello debe someterse a tratamientos de hemodiálisis. Primeramente, explicó que el hospital provincial de Guantánamo “Dr. Agostinho Neto” no tiene las condiciones necesarias para tratar pacientes con un complicado cuadro de salud como el suyo.
Según narró al medio, el centro reutiliza las agujas con las que canalizan las venas. Incluso, habla de otros enfermos que han contraído el virus de la hepatitis C, como consecuencia de la mala manipulación de los catalizadores en la sala de hemodiálisis.
Rodolfo un ex preso comenzó a experimentar los primeros síntomas de su enfermedad terminal estando en prisión. Sin embargo, las autoridades del centro de reclusión le aseguraron que no tenía nada y lo tildaron de "mentiroso". No fue hasta que comenzó a orinar sangre, que los oficiales “se vieron apretados” y fue trasladarlo a un hospital.
Actualmente, el guantanamero, quien vive con su madre de casi 91 años, no recibe ninguna ayuda o subsidio por parte del Estado. El pequeño núcleo familiar sobrevive con la escasa pensión de 117 CUP (4,41 dólares) de la anciana. A su vez, la mayoría de los ingresos son destinados a comprar medicamentos, los cuales están casi siempre en falta.
“Esta insuficiencia lleva una dieta balanceada en lo que es pescado y pollo (...) y ellos nos dan aquí lo que ellos determinan”, manifiesta.
Disímiles han sido las instituciones y entidades gubernamentales visitadas por Rodolfo, en un intento de mejorar su situación. Incluso, hizo un viaje hasta La Habana donde le garantizaron que recibiría una pensión de 200 CUP (7,5 CUC). Esto, no obstante, nunca llegó a ocurrir.
“Yo he ido al Poder Popular, al Partido y no salido ninguna respuesta (…) yo fui hasta La Habana donde me prometieron una ayuda económica”, señala el guantanamero, quien tampoco aparece en la lista de trasplantes.
Este lamentable escenario no es un caso aislado en la Isla. Varios son los pacientes con enfermedades terminales quienes aseguran haber sido “olvidados” por el Estado.
A finales de julio, la también guantanamera Anaye Lizat Tibón, paciente del oncológico, envió un mensaje a Miguel Díaz-Canel para que supiera de la mala atención recibida en el centro médico.
“Este país es rico en médicos y aquí hay una sola ginecóloga que está operando”, explicó Anaye, quien hizo mención de las colas en el hospital provincial, la burocracia y la falta de atención.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: