La crisis del transporte en Cuba ha llevado a la policía cubana a estar más presente en las paradas, como mediadores u organizadores para el momento en que algún medio de transporte aparece.
Imágenes difundidas por Cubanet muestran diferentes sitios de La Habana, donde oficiales de la PNR - que ya no solo reprimen manifestaciones y dan golpes a aquellos que intentan llevarle la contraria- empujan a los que quedan fuera de los ómnibus articulados para que puedan montarse.
También se les puede observar organizando las colas y exigiendo a los choferes que monten a más pasajeros, aun cuando estos van, en buen cubano, como sardinas en lata.
Intentan, así, mantener el orden y evitar que las personas terminen dándose golpes en su desesperación por montarse en algo que los lleve a donde quiera que vayan. No sería la primera vez que la desesperación haga salir los instintos más salvajes de aquellos que necesitan solucionar su problema.
La escena, si bien no deja de sorprender, no es nueva en el actual panorama socio-económico que vive el país. Hace menos de una semana se reportaba que oficiales de la policía cubana paraban carros estatales para que dieran “botella” a aquellos que necesitan trasladarse.
La Habana amaneció prácticamente sin combustible y ante el déficit de medios de transporte, el propio Díaz-Canel había dicho que todos los choferes estatales tienen que solidarizarse con la gente.
El rostro desanimado de quienes solo pueden usar el transporte público da fe de una crisis que, por más que traten de pintar como temporal, nos hace regresar casi tres décadas atrás, a un período que de especial no tenía nada.
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