La satisfacción por la noticia reciente de que ya se comercializan en La Habana los primeros pañales infantiles hechos en Cuba duró lo que un merengue en la puerta de un colegio. Para un sinfín de madres cubanas esos culeros resuelven poco porque son tan costosos como los importados que han estado adquiriendo hasta ahora.
Si bien los pañales producidos por la empresa vietnamita Thai Binh Global Investment en una planta radicada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel están a la venta en la red de tiendas de las cadenas estatales TRD y Cimex, no ha dejado de ser un enorme dolor de cabeza el tener suficiente dinero para costear artículos higiénicos tan elementales como toallas y culeros desechables para bebés.
A tenor con Iris, madre de una niña de 20 meses, “ya tuve la oportunidad de probarlos y no me parecieron de los peores. Sin embargo, lo que no entiendo es, si son fabricados aquí y nos estamos ahorrando un chorro de pesos porque no hay que pagar un barco que nos los traiga desde muy lejos, ¿por qué son tan caros? Uno sigue obligado a gastar unos 10 CUC, como mismo ocurre con los que se confeccionan en otros países.
“Los de mi hija, que usa la talla L, me costaron 9.75 CUC. Pero venden unos con la misma talla y cantidad de culeros, que valía 11 CUC, por ser Premiun Plus, o sea, más absorvente. La talla M estaba en siete y pico. Por lo visto, habilitar una fábrica aquí mejorará tal vez el abastecimiento, pero no el costo.
“La mayoría de quienes los necesitan seguirán sin poder adquirirlos. El trabajador promedio, que malvive de un salario, no podrá comprarlos y tendrá que seguir lavando a diario los pañales de gaza”, explica con tono de decepción la joven ama de casa.
A las afueras del capitalino mercado de 3ra y 70, Dayana confirma que “no han tenido en cuenta que la mayoría de las madres trabajadoras no podrán acceder a pañales tan caros. Es razonable que la empresa vietnamita quiera recuperar su inversión, pero no a costa de seguirnos desangrando.
“Además, deberían poner al alcance de nuestros bolsillos también las toallitas húmedas, que tanto necesitan los bebés. Es un abuso que 80 toallitas, por ejemplo, cuesten más de 5CUC en la tienda, si es que aparecen.
“Si hay algo que nos hace falta a las madres de hoy es eso. Luego quieren que paramos más porque somos un país envejecido y no tendremos relevo generacional, pero nadie quiere traer al mundo a una criatura para tener tantas dificultades hasta para resolver algo tan sencillo como un pañal”, dice mientras sostiene un paquete de 32 culeros.
A pesar de que en la isla se expenden pañales desechables importados, se agotan con frecuencia por la alta demanda de ese producto sanitario de primera necesidad.
Otra madre habanera indica que los culeros tienen buena calidad porque su relleno no se abulta cuando el niño orina y pueden ser usados por varias horas e incluso, ser reciclados.
“En otro lugar del mundo puede sonar raro, pero en Cuba acostumbramos a reutilizar el pañal desechable en vez de botarlo. Después de una puesta, los lavamos bien y les sacamos la ‘tripa’ y en su lugar ponemos culeros de tela”, confiesa.
De acuerdo con Renato, padre de un niño de dos meses, “dicen que son tan caros porque las materias primas que hacen falta para fabricarlos, como polímeros y celulosa, no se encuentran en Cuba, pero así y todo el país se está ahorrando bastante plata por no tener que importarlos y los está haciendo con mano de obra bastante barata. ¿Qué sentido tiene producirlos dentro del territorio nacional si no es para hacerlos más económicos?
“Solo pedimos productos con precios moderados, como corresponde a un artículo de primera necesidad, hecho en un país donde los sueldos y las pensiones sociales son despreciables. Ojalá y no demoren mucho la producción de pañales de adulto porque ese sector de la población crece aceleradamente y hay que crear las condiciones para atenderlo”, concluye el cuentapropista.
Según han declarado los responsables de la corporación vietnamita, la fábrica del Mariel tiene la capacidad de producir anualmente 120 millones de pañales y alrededor de 240 millones de protectores sanitarios para mujeres y hará para el próximo año pañales para adultos y toallas húmedas, así como productos para farmacias internacionales y las tiendas de Caracol y Palco.
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