El árbitro recién sancionado por la Comisión Nacional de Béisbol, Luis Felipe Casañas Pons, lo tiene claro.
“Lo que han hecho conmigo es una injusticia muy grande. Si yo me hubiera equivocado garrafalmente y hubiera decidido el juego, estaría de acuerdo. Me equivoqué en varios lanzamientos y desde aquí me hago esa autocrítica, pero esa no fue la razón de la derrota de Industriales. La culpa fue de los propios jugadores, que permitieron siete carreras y dieron ocho bases por bolas”.
El reporte oficial, emitido en pleno Noticiero de Televisión, señaló que la separación de Casañas de la postemporada en curso se debió a un “deficiente trabajo” en el segundo juego de la semifinal entre Industriales y Camagüey.
“El problema –asegura el árbitro en cuestión- es que muchas veces te evalúa gente que desconoce las interioridades del arbitraje”.
De otro lado de la línea telefónica, la voz del imparcial veterano trasunta una mezcla de resignación, rabia y dolor.
“Es inaceptable, pero no tengo a quién apelar. Llevo 23 Series Nacionales, unos cuantos eventos internacionales, pero eso no ha importado ahora. En todas las ligas del mundo los árbitros cometen errores, pero no por esa causa alguien debe llegar hasta este extremo”.
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