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Cuando el pasado lunes 13 de enero los trabajadores de los laboratorios farmacéuticos Liorad y Julio Trigo, ambos en La Habana, llegaron a sus centros de trabajo, no podían imaginar la noticia que les aguardaba desde los despachos directivos.
La información llegaba con carácter irreversible: había que “reubicar” a decenas de profesionales que fabricaron en ambas plantas medicinas para el pueblo, algunos durante décadas. La orientación prohibía el uso de la palabra despido. Se alertaba de que la decisión era inapelable.
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“Nos dijeron que por necesidades del país en el escenario de crisis actual, se tomó la decisión de recortar plantillas en BioCubaFarma, y que los afectados seríamos “reubicados” en otros sectores laborales. Por ejemplo, nos ofrecían varias plazas como custodios”, dijo a CiberCuba Alain Mireles Figueras, Máster en Microbiología con casi 20 años en la industria de fármacos cubanos.
BioCubaFarma es un grupo empresarial controlado con mano de hierro por el Consejo de Estado desde 2012, año en que surgió como aglutinador de 34 empresas cubanas encargadas de toda la producción de medicamentos y su distribución en el país. Entre esas empresas se cuenta Aica, que controla ambos laboratorios y sobre la cual no hay prácticamente información de dominio público.
“Nunca voy a olvidarme de cómo los llamados líderes sindicales de nuestras plantas eran los que más enfrentaban a quienes gritaban, entre lágrimas incluso, que eran despidos masivos, no reubicación ni ningún otro eufemismo que quisieran ellos usar”, agregó el especialista, quien confirmó a CiberCuba que lleva toda la semana oficialmente sin trabajo.
A falta de un informe gubernamental sobre el caso, los despedidos aseguran que son 150 los profesionales que perdieron sus empleos en los laboratorios LIORAD y Julio Trigo, la mayoría de ellos con altísimos niveles académicos e investigaciones en curso a nivel internacional.
Laboratorios Liorad está ubicado en el municipio La Lisa, mientras que Julio Trigo tiene su planta en Boyeros.
Según las denuncias que han publicado en sus redes sociales algunos de los afectados, entre las “ofertas de trabajo” que han recibido para proceder a su “reubicación laboral” figuran custodio de la Empresa de Vidrios de La Lisa, y especialista de recreación en el Círculo Social Obrero “Marcelo Salado”, cuando se inaugure sobre los restos de lo que fuera la Escuela Nacional de Natación, en Playa.
Así lo confirmó otra de las “reubicadas” en un comentario bajo una de las publicaciones donde los afectados han hecho sus catarsis:
“Yo soy Ingeniera Química, Master en Procesos, y la plaza que me proponen es de custodio en la planta de vidrio. Me siento triste, decepcionada. Llevo 23 años en Liorad dando todo de mí, siendo incondicional… en fin”, escribió la investigadora Danelys Cardoza.
“Se ha llevado a cabo de la manera más baja posible. Todo esto, además de una bajeza, ha sido una gran chapucería”, escribió también en su cuenta de Facebook la Analista Química de Laboratorios Liorad, Elisa Gelabert, dos días después del despido en masa. Gelabert escribió en su cuenta de Facebook el mismo fatídico 13 de enero:
“Hoy decidí colgar la bata, no sé si temporal o definitivamente. Todo se está yendo a pique y la industria farmacéutica ya está empezando a colapsar. Se me ha roto el corazón al ver a la gente que trabajó a mi lado por más de una década perderlo todo en un día. Hoy vi gente llorar y...solo puedo apretar los puños de impotencia.”
CiberCuba pudo confirmar que desde el momento del anuncio, los empleados de ambas plantas debieron entregar los solapines que les acreditaban como tal, a pesar de que la directriz estatal indicaba que ellos técnicamente eran considerados aún plantillas de BioCubaFarma.
El exinvestigador del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), Gerardo Ramsés Hernández, quien reside en la actualidad en Ecuador, levantó la voz contra el atropello estatal cubano.
“Hoy es un día muy triste. Recién me acabo de enterar que en Laboratorios LIORAD que actualmente es una Unidad Empresarial de LABORATORIOS AICA, despidieron intempestivamente a más de 150 trabajadores y digo que los despidieron pues mandar a especialistas y técnicos con más de 10 años de experiencia a cubrir plazas de custodio en la Empresa del Vidrio en la Lisa, es despedirlos de la forma más hipócrita posible”, escribió el académico en sus redes sociales.
Hernández, Licenciado en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de La Habana, dice haber trabajado por 6 años en Laboratorios Liorad y conocer a muchos de los despedidos.
“Muchos intereses turbios, oportunismo y el resultado de la ineficiencia del sistema generan este tipo de medidas. No han pensado en personas que llevan tantos años trabajando para la industria farmacéutica cubana, sin pedir nada a cambio. Llegue a todas estas personas la impotencia que siento hoy ante el dolor de tantos amigos. Nada, sólo me queda decir que el sistema se está mostrando tal cual”, concluyó el profesional.
Una exempleada de la planta nueva de Laboratorios Julio Trigo, que pidió anonimato por temor a mayores represalias, dijo este viernes a CiberCuba que ha recibido desde el lunes dos visitas de oficiales de la seguridad del estado para “conversar” sobre informaciones recibidas por ellos.
“Concretamente han venido a amenazarme por yo decir que este atropello debía llegar hasta la prensa internacional, ya que la prensa cubana no se va a dar por enterada de esta barbaridad”, manifestó la especialista, quien tampoco sabe qué va a pasar con su vida: “Mi vida y mi carrera son lo mismo. Yo vivo para lo que sé hacer, para lo que me quemé las pestañas por tantos años. Y ahora me dejan sin trabajo y me amenazan con que si me quejo, va a haber consecuencias. Dime si no es para sentirse humillada”.
El secretismo es tal que incluso durante las reuniones, que no han cesado en ambas plantas farmacéuticas desde el pasado lunes, se ha llegado al extremo de recoger los teléfonos celulares de los asistentes.
CiberCuba efectuó varias llamadas durante la mañana de este viernes a ambos centros de elaboración de fármacos solicitando comentarios al respecto. Con el laboratorio Julio Trigo fue imposible establecer siquiera comunicación. En Liorad contestó alguien que optó por no identificarse, y que dijo que no estaba autorizado a hablar al respecto, pero sugirió contactar a la empresa Aica, donde tampoco contestaron ninguna de nuestras llamadas.
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