La culpa de que la holguinera fábrica de dulces "José Ramón Anglada Toro" produzca pocos sorbetos es el del embargo norteamericano, aseguró la agencia oficial del gobierno cubano.
La industria, especializada en la elaboración de confituras, como los populares sorbetos, lleva cuatro décadas con la misma maquinaria y con una obsoleta tecnología, que se mantiene en funcionamiento gracias a una brigada de reparaciones, explicó la Agencia Cubana de Noticias (ACN) en una nota.
El reporte se limita a culpar al embargo norteamericano de la paralización de la fábrica, sin detallar posibles gestiones hechas por el gobierno para modernizar la planta de 40 años de antigüedad, ni adelanta una probable inversión futura para revertir la actual situación.
Las fotos compartidas muestran el trabajo manual al que se someten los obreros de la fábrica y la maquinaria que funciona a intervalos, sin precisar cómo afecta este peculiar ritmo productivo la producción de dulces en esa industria, que se identifica como la líder en el mercado cubano de sorbetos.
"Cuba es libre de comerciar con cualquier país. El embargo estadounidense no es un bloqueo internacional. (El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano) tergiversa intencionalmente el embargo como un bloqueo y lo usa como excusa de su modelo económico fallido", afirmó el pasado año la Embajada de Estados Unidos en La Habana a través de las redes sociales.
Desde Estados Unidos, Cuba importa alimentos, medicinas, dispositivos médicos, fertilizantes, partes de aviones civiles, equipos de telecomunicaciones y otros productos, aseguró la sede diplomática norteamericana en La Habana.
Por su parte, en materia de inversiones, Cuba recibe importantes donaciones de países de la Unión Europea, como Francia, y de sus principales socios comerciales, Rusia y China, con el fin de revitalizar la economía cubana. Sectores como el científico, transporte, telecomunicaciones o industrial se benefician de estas inyecciones de dinero.
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