El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, plantó otra polémica al referirse el lunes a la necesidad de reabrir el estado a pesar de la pandemia de coronavirus.
“Hay cosas más importantes que vivir, y eso es salvar este país para mis hijos y nietos, y salvar este país para todos nosotros”, dijo en un programa televisivo de Fox News.
Anteriormente, Patrick había sido criticado por decir que “muchos abuelos” en EE.UU. arriesgarían su supervivencia para mantener el país a flote económicamente, según un reporte de The Hill.
“Creo que hay muchos abuelos en este país como yo, tengo seis nietos, que lo que nos importa y lo que amamos más que nada son esos niños, y quiero vivir de manera inteligente y ver a través de esto, pero no quiero que todo el país sea sacrificado. Y eso es lo que veo”, afirmó en ese momento el teniente republicano (R), de 69 años, en el programa Tucker Carlson Tonight, de Fox News.
“Nadie quiere morir, pero, hombre, tenemos que tomar algunos riesgos y volver al juego y hacer que este país vuelva a funcionar”, comentó este lunes el funcionario. Al respecto, mantuvo su postura y expresó que el país “no debería haber sido bloqueado”.
“No podemos soportar esto por mucho más tiempo. Cada mes que permanecemos cerrados (los estados), va a tomar de dos a tres meses reconstruir”, sostuvo.
En otro momento juzgó que toda vida era valiosa, pero que Texas no debía mantenerse cerrado porque un pequeño porcentaje de la población estaba muriendo.
El presidente del Partido Demócrata en Texas, Gilberto Hinojosa, criticó su postura en un comunicado, en el que señaló que Patrick y el gobernador de Texas Greg Abbott (R) “pondrían en riesgo a los tejanos para enriquecerse a sí mismos y a sus carteras de acciones”.
“Verían morir a nuestros familiares para rescatar a Wall Street. Las vidas de nuestras familias, nuestros amigos y nuestras comunidades no tienen un monto en dólares. Los republicanos de Texas ya no pueden pretender ser el partido pro vida”, agregó.
Texas ha reportado un total de 20 196 casos confirmados de coronavirus, 517 fallecidos y 6 486 pacientes recuperados, de acuerdo con los datos del Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas (DSHS).
Los efectos del coronavirus se han hecho sentir en Estados Unidos, uno de los países más poderosos del mundo, donde más de 22 millones de personas han solicitado beneficios de desempleo en las últimas cuatro semanas debido a las restricciones y las medidas paralizantes que han sido adoptadas para contener el brote.
Varios negocios han cerrado y las operaciones se han visto reducidas a lo largo y ancho del país norteamericano, lo que ha provocado que grupos conservadores presionen a Washington para levantar medidas y acelerar una vuelta a la normalidad, aun en medio de la crisis sanitaria, cuyos mayores estragos se muestran en el estado de Nueva York.
En respuesta, el presidente Donald Trump planteó el jueves las nuevas regulaciones para reactivar la economía de Estados Unidos en tres fases de normalización que entrarían en vigor gradualmente a partir del 1 de mayo en los 50 estados de la nación.
“Estamos abriendo nuestro país y tenemos que hacerlo. Estados Unidos quiere estar abierto. Un cierre nacional no es una solución sostenible a largo plazo”, dijo Trump al dirigirse a la prensa en la sesión informativa de la Casa Blanca sobre la situación del coronavirus.
Las fases de reanimación tendrán en cuenta los resultados de un alto número de pruebas y la disminución sostenida de los casos, en un período de 14 días.
“Obviamente la situación de Nueva York, Illinois, Michigan, tomará más tiempo”, apuntó el presidente, que mencionó otros 29 estados “en buenas condiciones” para avanzar con la apertura de inmediato.
En general, Estados Unidos da cuenta de más de 820 000 contagios con coronavirus y 176 323 fallecidas a causa de la pandemia originada en la ciudad china de Wuhan, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
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