La comunidad latina en Estados Unidos, un sector en crecimiento y cada vez más influyente en el ámbito político, desempeñó un papel fundamental en la reciente victoria del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024.
En comparación con años anteriores, el voto latino no se inclinó de manera tan decidida por el Partido Demócrata, lo que permitió al exmandatario consolidarse en estados clave y retornar a la Casa Blanca.
Más de 36 millones de latinos, de los 65 millones que residen en el país, estaban habilitados para votar, constituyendo el grupo étnico de mayor crecimiento desde las elecciones de 2020, de acuerdo con la agencia Europa Press.
Este respaldo fue decisivo en estados denominados "bisagra", como Pensilvania, donde Trump pasó de un 27 por ciento de apoyo latino hace cuatro años a un sorprendente 42 por ciento en esta contienda.
El incremento en el apoyo hispano también se reflejó en otros estados del llamado "muro azul", como Míchigan y Wisconsin, así como en los sureños Texas y Florida, según los resultados preliminares y encuestas a pie de urna.
En Míchigan, el respaldo latino alcanzó el 60 por ciento, en comparación con el 44 en los comicios anteriores, mientras que en Wisconsin se registró un 38 de apoyo en esta comunidad, casi igualando el 37 por ciento de hace cuatro años.
La tendencia también se reflejó en Texas y Florida, donde en condados con mayoría latina como Hidalgo y Cameron, Trump obtuvo incrementos significativos en el apoyo.
En Hidalgo, Trump pasó del 40 por ciento en 2020 al 49, mientras que en Cameron aumentó del 42 al 53. En el condado de Miami-Dade, en Florida, alcanzó el 58 por ciento, frente al 46 en las elecciones pasadas.
De hecho, el vencedor obtuvo un apoyo notable de los votantes cubano-estadounidenses en Miami-Dade, lo que representó “un máximo histórico”, según la referencia una encuesta de la Universidad Internacional de Florida (FIU).
Trump logró captar el voto latino apelando a temas sensibles como la economía y la seguridad en la frontera, conectando con el descontento generalizado de los votantes hacia la situación actual del país.
Sobre un tema sensible como la inmigración, la agenda del ganador crea cierto temor en millones de personas. Sin embargo, en una entrevista con Telemundo, el senador republicano Marco Rubio resaltó que las políticas de Trump están enfocadas en la seguridad y en evitar la entrada de criminales, subrayando la necesidad de mejorar la situación en la frontera sur.
Al final, la victoria de Trump no solo representa un triunfo electoral, sino también una fractura dentro de la coalición demócrata. Frente a un electorado profundamente dividido, los azules, representados esta vez por Kamala Harris, enfrentan un desafío crucial para atraer nuevamente el apoyo latino y unir a una base descontenta que ve en Trump una promesa de cambio.
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