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El gobernante Nicolás Maduro designó como nuevo Ministro de Petróleo de Venezuela al vicepresidente Tarek El Aissami, uno de los funcionarios chavistas acusados por Estados Unidos de narcotráfico.
La Gaceta Oficial publicada este lunes confirmó el nombramiento de El Aissami en su nuevo cargo, justo en medio de una crisis por la creciente presión internacional sobre el régimen y la caída en los precios del petróleo hasta $ 10 dólares el barril a causa de la pandemia del coronavirus.
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El Decreto, que entró en vigor este mismo lunes, faculta al funcionario a reestructurar y reorganizar el Ministerio del Petróleo, y a adoptar "las medidas necesarias para garantizar la seguridad energética nacional y proteger la industria", ante una presunta agresión externa e interna, que "se ejecuta para afectar la producción y comercialización petrolera en el país", afirma el texto.
También fue designado como presidente de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), el primo del fallecido presidente Hugo Chávez, Asdrúbal Chávez, en sustitución de Manuel Quevedo.
El Aissami, de ascendencia libanesa, es un criminólogo y abogado venezolano que fungía como vicepresidente del régimen de Maduro desde enero de 2017.
En febrero de ese año, sin embargo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo había acusado de "narcotraficante especialmente designado por desempeñar un papel significativo en el tráfico internacional de drogas"; y en julio de 2019 el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) de ese país lo incluyó en su lista de hombres "más buscados".
De acuerdo con el gobierno norteamericano, el exgobernador del Estado Aragua (2012-2017) y exministro del Interior y de Justicia de Venezuela en 2008, facilitó envíos de narcóticos desde el país sudamericano a través de aviones que salían de una base aérea venezolana y de algunos puertos nacionales.
En las últimas semanas Estados Unidos volvió a acusar a Maduro y a la cúpula del régimen de narcotráfico, lo que ha incrementado la presión internacional contra ese gobierno en medio de la pandemia del coronavirus, que ha alcanzado al país con un preocupante desabastecimiento de comida y medicinas.
Esas presiones se intensificaron el domingo, cuando las autoridades estadounidenses confiscaron en Miami $450 millones de dólares relacionados con casos de corrupción y lavado de dinero de magnates venezolanos y socios del régimen de Maduro, que se habían presentado en una corte federal del sur de la Florida.
La mayor tajada del monto confiscado –$280.4 millones– pertenecía a Alejandro Andrade, extesorero de Venezuela, y el resto a otros nueve acusados con casos todavía abiertos. El monto total está ahora en una cuenta bancaria controlada por el gobierno de EE.UU.
Hace 10 días también trascendió que el gobierno de Cuba, aliado indiscutible del chavismo, está igualmente involucrado en las actividades de narcotráfico del régimen que opera desde Venezuela, afirmó el jefe del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), Almirante Craig Faller.
La situación se ha agravado con la caída a niveles históricos del precio del petróleo, que se cotizó a apenas $ 10 dólares, el principal pilar de la economía venezolana.
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