En el marco de la XL Feria Internacional de La Habana (FIHAV) 2024, los ministros de Turismo de Cuba y Venezuela, Juan Carlos García Granda y Leticia Gómez Hernández, sostuvieron una reunión con el objetivo de fortalecer la cooperación entre ambas naciones en el sector turístico.
Durante el encuentro, los ministros analizaron nuevas estrategias de inversión y exploraron oportunidades de desarrollo conjunto, destacando la importancia de potenciar el flujo de turistas y la capacidad de infraestructura en sus respectivos países.
FIHAV, uno de los eventos comerciales con los que el régimen pretende impulsar acuerdos comerciales con socios internacionales, ha servido de plataforma para la cooperación en múltiples sectores, y el turismo ha cobrado protagonismo en las agendas de ambas delegaciones.
Según declaraciones de García Granda, la alianza entre ambos países apunta a diversificar la oferta turística en el Caribe y captar mayores divisas, aprovechando el creciente interés de mercados internacionales, como Rusia, en la región.
La cooperación turística entre Cuba y Venezuela no es nueva, pero ha adquirido un nuevo impulso bajo la gestión de Leticia Gómez Hernández, quien fue designada ministra de Turismo de Venezuela en agosto de 2024.
Gómez Hernández, de origen cubano, ha sido un enlace clave entre ambos países, habiendo trabajado previamente en el sector turístico de la isla y colaborado con Venetur, la principal agencia turística de Venezuela.
Su nombramiento fue visto como una señal de la creciente integración entre ambos regímenes dictatoriales, especialmente en sectores estratégicos que aseguran una fuente estable de ingresos en divisas y sirven de cobertura para otras “operaciones encubiertas” bajo el pretexto de evitar sanciones y otras medidas aplicadas por Estados Unidos contra gobiernos que promueven la desestabilización y el tráfico de drogas y personas en la región.
En el contexto actual, los regímenes de Cuba y Venezuela enfrentan desafíos económicos profundos. La industria turística, tradicionalmente un pilar económico en Cuba y cada vez más importante para Venezuela, se ha convertido en una herramienta para enfrentar la falta de ingresos en ambos países.
En el primer semestre de 2024, Cuba reportó la llegada de 1,680,485 visitantes, un aumento del 101.1% respecto al año anterior, pero aún distante de las cifras prepandémicas. Venezuela, por su parte, alcanzó más de 1.5 millones de llegadas internacionales hasta octubre, en gran parte debido al interés de turistas rusos y cubanos.
La colaboración entre los dos países en el sector turístico también tiene implicaciones políticas. Además de fortalecer los lazos económicos, el incremento en la frecuencia de vuelos y paquetes turísticos entre Cuba y Venezuela refleja una estrategia de ambos gobiernos para depender menos de un turismo internacional cada vez más exigentes y recelosos de la falta de derechos y libertades de ambos pueblos.
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