El régimen cubano ha hecho de la pandemia del coronavirus una oportunidad para ganar dinero, señaló este jueves la secretaria adjunta de Estado para Cuba y Venezuela, Carrie Filipetti.
“Me frustra que el régimen cubano mire el coronavirus, no como un virus letal que pudiera matar a millones, sino como una oportunidad para aumentar sus ingresos. Lo encuentro detestable y creo que todos lo deberían considerar detestable”, dijo Filipetti, durante una conferencia online de la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo.
Las declaraciones de la funcionaria se suman a recientes críticas del Secretario de Estado Mike Pompeo, y al subsecretario adjunto para Asuntos Hemisféricos, Michael Kozac, sobre el uso de las brigadas médicas cubanas durante la pandemia. El Departamento de Estado tiene clasificada la cooperación médica cubana como tráfico humano y explotación moderna.
Según explicó la alta funcionaria, el régimen de La Habana ha aprovechado la expansión de la enfermedad para seguir explotando a los trabajadores de la salud, a los que paga apenas un 10 por ciento de los ingresos que generan sus servicios en el exterior, en ocasiones en sitios a los que no quieren ir. Se estima que, desde que empezó el azote global del virus, Cuba ha enviado más de 1.500 médicos, enfermeros y otros profesionales del sector a 26 países.
Estados Unidos, subrayó Filipetti, no le pide a ningún país que rechace a los especialistas cubanos, pero sí que los acuerdos por los que llegan a esos Estados les garanticen protección a sus derechos y la posibilidad de que sean retribuidos directamente por los gobiernos.
El tema de la cooperación médica cubana a nivel internacional es actualmente uno de los puntos de tensión en las ya deterioradas relaciones diplomáticas entre ambos países. El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla acusó esta semana al secretario Pompeo y a Kozac de difamar a los médicos cubanos y mentir sobre su misión humanitaria alrededor del mundo.
Según el Wall Street Journal, hasta finales de 2019 más de 60 países, fundamentalmente de África, Medio Oriente y el Pacífico, participaban de estos programas “de cooperación médica”, con entre 29.000 y 50.000 profesionales sanitarios cubanos, si bien no todos en labores exclusivamente relacionadas con la profesión médica.
“Se desconoce a cuántos médicos les han encargado tareas de espionaje –agrega el diario–, pero sí es evidente que hacen bastante dinero para La Habana. La mayoría de los países receptores le pagan a Cuba directamente unos 11.000 millones de dólares cada año. El régimen se queda en promedio el 75 por ciento de sus salarios, y más del 90 por ciento cuando están en países ricos. En algunos casos, organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud ha apoyado este latrocinio”.
Respecto al apuntalamiento ideológico del régimen cubano a su par venezolano, la secretaria de Estado adjunta precisó que La Habana necesita los recursos económicos de Caracas para poder mantener la maquinaria de represión interna en la isla, un proceder que ya utilizó en tiempos de la Unión Soviética, entonces el principal sostén del castrismo.
“Realmente es una relación parasitaria entre el régimen de Castro y el de Maduro, al punto que son virtualmente regímenes idénticos”, afirmó.
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