A pesar de que las últimas noticias relacionadas con el coronavirus en Cuba han sido bastante alentadoras, no pocos habaneros están convencidos de que la capital no pasará a la fase post-pandemia por lo menos hasta el 2021.
En tanto la situación del país genera chistes como el de que "antes no querían orientales en La Habana y después del coronavirus, no quieren habaneros en Oriente", las calles de la sobrepoblada provincia se mantienen atestadas de personas.
Tras el pase este martes de la provincia de Matanzas a la primera fase de la recuperación, La Habana es la única que falta por avanzar gradualmente a la normalidad. Según el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, los habaneros deben seguir esforzándose para que la capital pueda, “próximamente”, incorporarse a la recuperación.
Sin embargo, las palabras del trabajador por cuenta propia Enrique son esclarecedoras: “Las colas se multiplican cada día y todo el mundo las ve con normalidad. La distribución de productos de primera necesidad es pésima y siguen los revendedores acaparando lo poco que sacan.
“Además, no hay distanciamiento y los policías no son más que espectadores parados en la puerta de la tienda; ni se inmutan, solo les importa hacer parecer que todo está bien cuando todo está mal”, afirmó este fotógrafo residente en Plaza de la Revolución.
Una doctora del municipio de Marianao comentó a CiberCuba que “la cosa pinta para rato en La Habana. Tendremos que acostumbrarnos a convivir con el virus e incluso, cuando la ciudad no tenga ningún caso activo, es muy probable que seamos testigos de un rebrote porque están unos sobre otros dondequiera que vendan algo.
“Si con la enfermedad en su apogeo la gente no respetó la distancia, mucho menos lo hará durante la primera, la segunda o la tercera fases. Las esperas para comprar algo se convierten en perreras y donde único se respeta el aislamiento y la ciudadanía sigue las medidas higiénico-sanitarias es en el Noticiero y en la Mesa Redonda”, aseguró la especialista.
Del mismo modo, preocupa la dilatada escasez de productos de aseo y alimentos en la capital de país. “Si no hay algo tan elemental como jabón de baño, detergente para ropa o pasta de dientes, ¿cómo vamos a mantener la limpieza?”, respondió por vía telefónica la arquitecta Aurora, vecina de Centro Habana.
Ante una realidad que parece prolongarse demasiado, algunos hasta avizoran un futuro de bicicletas en La Habana. Tal como ha sucedido en Europa, los habaneros aplauden la idea de que el gobierno facilite el uso de este medio de transporte y garantice la infraestructura para su circulación segura. Según ha dado a conocer el Ministerio de Transporte, se estudian variantes para su comercialización y arrendamiento.
No obstante, al decir del taxista Marcos, de 35 años, no habrá posibilidad de recuperación si no hay estricto control de las indisciplinas. “La gente prueba cada día un poquito más, se relaja y se arriesga haciendo lo que no debería: sale de fiesta, bebe en la calle, no se aleja de los lugares públicos”, afirmó.
“Sé que sin turismo estamos en ruinas por lo que las autoridades querrán restablecer los viajes lo más pronto posible, pero sería un disparate apurarse en abrir las fronteras y levantarle el pie al confinamiento, sin que verdaderamente estén a salvo los habitantes de la provincia.
“En La Habana hay sitios con bajísima cultura, donde se cree que lo que está pasando con el Covid-19 es un juego. Que vayan adentro de los barrios, para que vean a más de uno caminando por la calle con el nasobuco colgado del cuello como si fuera un collar y no algo necesario para cuidarse la vida”, concluye convencido de que “estaré encerrado por mucho más tiempo del previsto”.
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