El canciller Bruno Rodríguez Parrilla insistió en achacar al “bloqueo” estadounidense la escasez de medicamentos y la falta de insumos para la sanidad pública en Cuba, calificando de cínicas las declaraciones del Gobierno de Estados Unidos en sentido contrario.
“A pesar de enfoque mendaz de muchos voceros del gobierno EE.UU, los medicamentos sufren las mismas prohibiciones impuestas por el bloqueo al resto de las mercancías. No existe excepción o posibilidad alguna para que Cuba importe medicinas y productos, o equipos médicos desde EE.UU”, dijo Rodríguez Parrilla este martes en la Universidad de La Habana (UH).
El titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba explicó que “lo que hay es una prerrogativa ejecutiva para otorgar licencias, generales o específicas”, pero que “si el gobierno de EE.UU deseara realmente reducir el brutal y cruel daño humanitario que provoca al pueblo cubano, firmaría ya una licencia”.
Según Rodríguez Parrilla, el gobierno del presidente Biden “no lo hace por falta de voluntad política”. El canciller cubano justificó así la crítica escasez de medicamentos y la brutal caída en la calidad de la sanidad pública del país, una situación que cuesta vidas y provoca tragedias en el seno de muchas familias, según se constata en las redes sociales de los cubanos.
El régimen cubano insiste en su campaña de desinformación, a pesar de los datos y las repetidas declaraciones de funcionarios del gobierno estadounidense que demuestran que Cuba puede y ha importado medicinas y equipos médicos de Estados Unidos.
Las declaraciones de Rodríguez Parrilla se produjeron en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, presumiblemente ante rectores de universidades españolas y dentro de los actos previstos como parte “de la reanudación de la cooperación bilateral Cuba-España, específicamente en los ámbitos académico y científico”, según las redes sociales de la UH.
En abril de 2020, cuando el mundo concentraba sus esfuerzos y la cooperación para luchar contra la pandemia de coronavirus, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, afirmó que “Estados Unidos autoriza rutinariamente la exportación de bienes humanitarios, productos agrícolas, medicinas y equipo médico para apoyar al pueblo cubano”.
“Mientras el mundo se une en la lucha contra el #COVID19, algunos buscan dividir los esfuerzos internacionales a través de campañas de desinformación sin fuente ni atribución. Los secuaces de Castro, sus apologistas y portavoces, deberían saberlo mejor”, dijo Nichols.
Refiriéndose a hechos probados, el funcionario del Departamento de Estado indicó que “en 2019, los EE.UU. exportaron millones de dólares de productos médicos de EE.UU a Cuba”.
Sus declaraciones respondían a la campaña del régimen cubano culpando a Washington de frenar -o incluso impedir- la capacidad de respuesta al coronavirus en la Isla.
Por su parte, la encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, Mara Tekach, insistió en calificar las declaraciones del régimen cubano como “desinformación peligrosa”, y pidió a las autoridades cubanas rigor y honestidad en sus palabras.
Este martes, Rodríguez Parrilla demostró que el régimen cubano persiste en su campaña de desinformación en relación con el embargo estadounidense, apostando desesperado a una presión internacional para el levantamiento del “bloqueo”, quizás la única carta ganadora que le queda a la cúpula para mantenerse en pie.
“Quedó demostrado en pleno pico de la Covid-19, durante avería en la producción de oxígeno medicinal en Cuba”, dijo el canciller, insistiendo en su tesis de que el “criminal bloqueo” estadounidense impide e impidió importar medicamentos e insumos médicos.
“Intentos de importarlo desde EE.UU fueron estériles, al necesitarse una licencia específica, que requiere la aprobación de 5 agencias federales de EEUU, como mínimo”, dijo ante el auditorio reunido en la Universidad de la Habana, una colina donde los dirigentes cubanos suelen irse por los cerros de Úbeda.
El régimen cubano insiste en culpar a Estados Unidos de su mala gestión y del desastre de los servicios públicos del país, cuando en el comienzo de la pandemia estaba más preocupado por promover Cuba como destino turístico seguro, mientras ocultaba la rotura de su principal planta de oxigeno medicinal.
"Miles de muertos después, porque desviaste el poco dinero del país para construir hoteles y comprar carros sin turistas todo el año 2020 y parte del 2021. Renuncia criminal", le dijo por entonces un cubano en redes sociales al gobernante Miguel Díaz-Canel.
Cuando, según cifras oficiales, más de 5,000 cubanos habían muerto por el coronavirus en la isla, muchos de ellos por falta de oxígeno medicinal, la prensa oficialista cubana celebraba la puesta en marcha del compresor de la planta de oxígeno en Camagüey, luego de 17 años sin funcionar.
El gobierno cubano tuvo más de tres lustros para reparar un compresor y producir oxígeno medicinal en Camagüey, algo que pudo haber resuelto sin necesidad de acudir al gobierno o a empresas estadounidenses, pero no lo hizo. Al régimen le importa más su agenda política y su permanencia en el poder, que la realidad y la vida de los cubanos.
Este martes, ante académicos españoles y cubanos, el canciller de la dictadura no dudó en repetir una vez más su leitmotiv del "bloqueo", sin hacer caso de la frase de Cicerón grabada en mármol a sus espaldas, en las venerables paredes del Aula Magna de la Universidad de La Habana.
"Cuiusvis hominis est errare, nullius nisi insipientis in errore perseverare", es decir "Cualquiera puede errar, pero sólo el necio persevera en su falta".
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