El activista Ariel Ruiz Urquiola pudo pronunciar de manera íntegra el discurso que la delegación del Gobierno de Cuba, y otros países afines, sabotearon este viernes en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, Suiza.
Urquiola dijo a los presentes que él iba a hablar no solo en su nombre y el de su hermana, sino en el de todos los cubanos que han sufrido básicamente los horrores de la dictadura cubana a todos los niveles. También recalcó, en el video grabado por Léo Juvier-Hendrickx y cedido a CiberCuba, "las formas increíbles que tienen de silenciar".
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"Esto empezaba así", apuntó Urquiola antes de leer sin ninguna interrupción su discurso, como no pudo hacer en el plenario de la ONU por el diplomático cubano Jairo Rodríguez y las delegaciones de Venezuela, Eritrea, China y Corea del Norte. Solo Australia salió en su defensa.
"Señora relatora especial, muchas gracias por su importante alegato a Cuba del 6 de noviembre de 2019, donde usted abordó el abuso de los derechos humanos que sufren los médicos cubanos, cuando son enviados por el gobierno a trabajar en el extranjero en condiciones desventajosas, violando el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
El impacto de esta explotación sobre el sistema de salud pública de Cuba tiene muchas víctimas pues los dineros recaudados no benefician la salud, ni los tratamientos oncológicos de primera línea, así como las pruebas diagnósticas de alta resolución, como ha ocurrido con la paciente 322597, mi hermana, a la que han dejado de asistir con la inmunoterapia, ya sea por falta de medicamentos, como por el uso de placebo en lugar del principio activo como método de tortura para doblegarla, hasta la expulsión como profesora de la Universidad de La Habana.
Estos dineros son usados para reprimir al ciudadano cubano de a pie, también bajo régimen de una moderna esclavización. Y resumir con la inoculación del VIH al que disiente de la cuartilla en el aula universitaria, la pipeta en el laboratorio y la guataca en el surco, por querer construir una sociedad cívica como en el caso del paciente 2321, mi persona, en el Hospital provincial de Pinar del Río el 25 de junio de 2018.
Pregunto a Naciones Unidas: ¿hasta cuándo quedarán con impunidad los crímenes de lesa humanidad del gobierno cubano?
Muchas gracias a los ciudadanos de este mundo", concluyó lo que no pudo hacer en la sede de la ONU. Las personas presentes aplaudieron sus palabras y gritaron libertad.
Urquiola señaló que "a pesar de la inconsistencia, del miedo, de la vulgaridad, del atropello, simplemente de la violación de los derechos humanos con que actúa el Desgobierno cubano, y al que me vi obligado llamar gobierno en este acto justamente para respetar las normas, demostró simplemente el gran temor que le tienen a la verdad de los cubanos. Es una hormiga, ni tan siquiera es una hormiga peleando contra un gigante, contra un molino devastador que es la dictadura cubana".
El también científico y campesino de la isla aseguró que no van a poder acallar las voces de todos los cubanos obligados a emigrar, de los que "tienen familiares muertos, asesinados, que no pudieron estar entre nosotros y que no son pocos, son miles... asesinados por la dictadura desde 1959".
Urquiola se acordó de los periodistas y activistas políticos independientes que están presos en Cuba como Jorge Enríquez, corresponsal del diario ABC en La Habana y parte de Diario de Cuba, Silverio Portal, quien está en un delicado estado de salud según su esposa y de la organización Cubalex que ayuda a quienes se oponen al gobierno.
"Simplemente les digo esto para que ustedes vean como juegan estos criminales con la vida de sus seres humanos con los esbirros que trabajan para ellos dentro del sistema de salud pública que se prestan justamente para hacerle complicidad a sus crímenes", dijo en referencia a Portal, quien llegó a perder un ojo según denunció su pareja, y aún así no recibe una licencia extrapenal.
El activista pidió a todos los cubanos fuera de la isla ser más activos contra las violaciones de derechos humanos en Cuba y denunciarlos en donde se encuentren para que quede claro que "las donaciones al régimen van a parar al mecanismo de represión" que mantiene a los cubanos sumidos en la miseria y los obliga a abandonar el país, con riesgo para sus vidas como sucedió durante décadas en el Estrecho de la Florida.
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