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Gibara, en Holguín, es el nuevo protagonista de la saga cubana La cola del pollo. Ese territorio llevaba 3 meses sin recibir el producto. Al comprobar su existencia en el mercado, la población no dudó en romper las distancias sociales y marcar su puesto en la fila.
La distribución de pollo durante la pandemia de coronavirus en Gibara fue ocasional, normado y por circunscripciones, según indica la fuente que envió estas imágenes. El Estado vuelve a liberar su venta en puntos específicos con las consabidas aglomeraciones que genera.
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El pollo es uno de los productos cárnicos de mayor demanda en Cuba. Múltiples platos de la gastronomía tradicional se realizan con esta carne tales como el arroz con pollo a la chorrera, el fricasé de pollo con papas, o la clásica sopa criolla de pollo.
Sin embargo, comprar pollo se ha vuelto una odisea desde hace más de un año en Cuba. Cada vez que el producto se pone a la venta en cualquier unidad comercial genera colas en las que la gente llega a ponerse violenta.
Después de más de 2 horas haciendo una cola bajo el sol cubano para conseguir un pedazo de pollo es difícil que no existan episodios de peleas, discusiones subidas de tono o agresividad.
Muchas veces los compradores ven actos de corrupción en sus propias narices y esto es también un detonante de la violencia en las colas, pero la principal razón de este conflicto que hoy vive Cuba, como una situación cotidiana, es la pésima gestión del Estado.
El pollo no es el único producto que genera ingentes colas en el territorio nacional. También está, por ejemplo, el jabón y el champú, elementos indispensables en la higiene diaria que se encuentran en déficit en Cuba desde hace ya más de un año.
Recientemente hubo en Las Tunas una pelea con gritos y forcejeos en una cola de tickets para comprar champú y jabón. El ciudadano que compartió los hechos aseguraba que estas son consecuencias de las carencias que hay en el país.
“Las personas llevan días haciendo cola en espera de que vendan el champú, detergente y jabón. Pelean por los tickets de la lista de espera a ver si por fin llegan dichos productos a la tienda", explicó en aras de mostrar la realidad cotidiana que vive el pueblo cubano.
Las colas de tickets se han vuelto recurrentes y los "coleros" se han convertido en personajes repudiados por parte de la población y adorados por otros, pues venden los turnos de compra y eso da a quien puede compararlos mayor posibilidad de acceso a la mercancía.
En La Habana la policía ha detenido en las semanas recientes a más de 1000 "coleros", según datos del Ministerio del Interior (MININT). Se les acusa a estos ciudadanos de reventa de artículos y productos de alta demanda en la red de tiendas de la capital.
El semanario Tribuna de La Habana, informó que alrededor de 30 personas, con reincidencia probada, se les sigue proceso penal. Los llamados "coleros" han expandido su radio de acción a casi todos los lugares de venta de la ciudad generando quejas de los vecinos y de la población más vulnerable desde el punto de vista económico.
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