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Periodista Mónica Baró: “Eusebio Leal no iba a salvar a una ciudad”

“Si Eusebio Leal no hizo más es porque la ciudadanía no le exigió lo suficiente para que hiciera más”, dijo la periodista independiente.

Mónica Baró y una foto de un edificio apuntalado en La Habana Vieja, al lado de una construcción remozada.. © Facebook / Mónica Baró
Mónica Baró y una foto de un edificio apuntalado en La Habana Vieja, al lado de una construcción remozada.. Foto © Facebook / Mónica Baró

Este artículo es de hace 3 años

La periodista independiente Mónica Baró hizo una publicación en redes sociales este sábado donde llama a la ciudadanía a acometer más acciones para mejorar el estado de La Habana y la vivienda, en lugar de responsabilizar por los desmanes solo al Estado y sus figuras representativas, entre ellas, el recientemente fallecido historiador Eusebio Leal.

“Estas fotos muestran parte de La Habana que no fue alcanzada por la labor restauradora que emprendió Eusebio Leal. Las tomé ayer. Estos edificios se encuentran en un pequeño tramo de Malecón. En uno aún viven personas. Pero Habana adentro las imágenes son aún más desoladoras”, describe al comienzo de su publicación.

“Pienso en los consejos populares Catedral, San Isidro, Jesús María. Pienso en Centro Habana también con sus cientos de edificaciones declaradas inhabitables que son habitadas. Eusebio Leal, por supuesto, no iba a salvar a una ciudad. Siguió la misma lógica del Estado, en la que la vivienda nunca fue la prioridad, y sobran las estadísticas, los relatos, las leyes, las malas políticas y las tesis en la CUJAE que demuestran que no lo fue, porque no fue una prioridad la gente, pero Eusebio no fue más responsable que nosotros de los problemas constructivos que enfrenta La Habana”, dice.

“Es cierto que las tres niñas que murieron en Jesús María el pasado 27 de enero murieron, en primer lugar, por malas políticas. Pero qué hizo la ciudad entonces, aparte de lamentar la tragedia? Qué estamos haciendo ahora? A principios de 2016 publiqué el primer trabajo sobre las viviendas inhabitables irreparables: Carmen 106. Hace tiempo que no vuelvo por la zona pero ahí deben seguir viviendo las mismas familias con las que trabajara, expuestas a los mismos riesgos. Luego, en 2017, escribí sobre Merced 212: Nadie quiere que le olviden. Ahí siguen también las familias”, señala.

“Luego escribí sobre la vigilia a las niñas en Jesús María. Luego escribí sobre el caso de Andy Ruiz Muñoz. Y entre uno y otro escribí sobre desastres naturales que también impactaron en el fondo habitacional de distintos lugares. Casi nada ha cambiado, no basta con escribir sobre los problemas, aunque es un primer paso. La Habana necesita que la gente la sienta suya y, por tanto, la sienta su responsabilidad”, argumenta.

“Sentarme frente al Malecón es una dicha, pero siempre que me concentre en el mar y no en los arrecifes. Los arrecifes, muchas veces, parecen vertederos. Y esto tiene que ver con la falta de políticas y regulaciones que condenen más severamente la contaminación ambiental, porque si al gobierno le preocupara tanto el medio ambiente como le preocupa lo que publica la gente en sus redes sociales no habría una sola lata en las costas, pero tiene que ver también con la ciudadanía”, explica.

“Si Eusebio Leal no hizo más es porque la ciudadanía no le exigió lo suficiente para que hiciera más. O para que hiciera distinto. Es importante, creo, dejar de colocar en el gobierno, o en las figuras que lo representan, la responsabilidad de todo lo que nos pasa. Y lo que no nos pasa. Es cierto que, en el gobierno, en su cúpula, se centralizan los procesos de toma de decisiones, que es difícil cambiar algo en Cuba si ese cambio que buscamos no coincide con lo que esa cúpula quiere cambiar, pero incluso en las actuales condiciones hay mucho que puede hacerse”, apunta.

Baró, ganadora de la pasada edición del premio Gabriel García Márquez de periodismo entregado en Colombia, en la categoría de Texto, dijo estar “muy orgullosa de la comunidad de arquitectos en Cuba, porque realizan un activismo sistemático para intentar preservar los valores de La Habana, y es una de las pocas comunidades de intelectuales en la que siempre he encontrado disposición a conceder entrevistas y declaraciones a los medios independientes en los que he trabajado”.

“Pero tampoco en ellos se agota la responsabilidad. Que la ciudad sea lo que puede ser depende de todas las personas que la habitan. La muerte de Eusebio no será la muerte de La Habana, primero, porque La Habana está muriendo y ha muerto en muchos sitios tan importantes como su centro histórico desde hace décadas, y segundo, porque La Habana tiene que ser cada vez más nuestra, si queremos que se salve”, agregó.

“Salvarla puede ser tan simple como no contaminar, como no arrojar en sus calles ni un papel; tan simple como denunciar al menos en redes sociales las edificaciones en mal estado y las violaciones del paisaje urbano. Pero sabemos que el corazón de una ciudad es la vivienda y ahí el reto no es nada simple”, concluyó.

El historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, falleció el viernes a la edad de 77, a causa del cáncer que padecía desde hace años. El gobierno cubano decretó duelo oficial en todo el país por el fallecimiento del intelectual, que en vida sostuvo buenas relaciones con la cúpula del castrismo. Los cubanos lo recuerdan, sobre todo, por su aporte a la restauración de algunas zonas y edificaciones emblemáticas de la capital, además, por sus capacidades como orador.

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