El economista cubano Pedro Monreal discrepó de la solución esbozada por funcionarios del Banco Central (BCC) en entrevista publicada recientemente por la Agencia Cubana de Noticias, y advirtió que debe ser parte de una reforma mayor que estimule la iniciativa privada.
"No entiendo por qué es tan difícil decir que esto sigue posponiéndose", escribió Monreal en Twitter, y aseguró que "es un tema en el que la referencia al “entorno ideal” no tiene relevancia y la noción sobre un “escenario favorable” amerita mayor atención "porque este no va a salir automáticamente".
Tras explicar que antes de la reforma monetaria hace falta generar capacidad de oferta, el economista volvió a insistir en que el comienzo de una secuencia de cambios monetarios debería pasar por una reforma institucional del agro "porque ahí está hoy el déficit crítico de oferta (alimentos)".
"Otros componentes iniciales serían un tránsito rápido hacia TCP y cooperativas flexibles y hacia PYMES privadas. Son actores que ya operan –en alto grado- con CUP devaluado. Con un sector privado que absorba empleo con productividad, se pasaría a devaluar la tasa oficial 1:1", agregó.
"Con el sector privado/cooperativo creando empleo neto y generando oferta, y con CUP devaluado, se colocaría a la empresa estatal en el 'mundo real' de la economía. Siendo la tasa de cambio el precio relativo más importante modificaría los parámetros de funcionamiento empresarial", precisó Monreal.
"Punto importante de la secuencia: es razonable asumir que la reforma de la empresa estatal y la devaluación deben generar excedente laboral en las empresas estatales y, por tanto, ya debería existir previamente capacidad para absorberlo. Por eso las PYMES deben venir primero", explicó el economista.
"Hay alternativas para devaluar y habría que definir la flexibilidad del régimen cambiario. Unas empresas estatales se beneficiarían y otras se perjudicarían, pero al eliminarse las distorsiones en la medición económica, la reforma estatal ganaría una brújula que hoy no tiene", dijo.
Tras advertir que con la devaluación vendría también un incremento de los precios y salarios oficiales, Monreal se preguntó: "¿Cuál es el argumento del Banco Central para mantener “contra viento y marea” una tasa oficial de 1 CUP = 1 USD, probablemente el dato más desacreditado de la economía nacional? ¿Ni siquiera hay flexibilidad para una tasa 0,5 CUP = 1 USD?
“La unificación monetaria y cambiaria –coinciden los expertos– es condición necesaria, aunque no suficiente, para reordenar y actualizar la economía nacional, ahora sumida en una crisis agravada por los impactos de la pandemia de la COVID-19 en el sistema productivo global y el endurecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba”, publicó este jueves el periódico Granma, haciéndose eco de la entrevista.
“El peso cubano perdió su poder adquisitivo de forma acelerada, así como sus funciones como medio de cambio, reserva de valor y unidad de cuenta” aseguró Mercedes Yolanda García Armenteros, directora de Estudios Económicos del BCC, recordando que en los inicios de la década de los 90 el desplome de la URSS y el Campo Socialista facilitaron “las condiciones para una dolarización de facto, manifestada en el mercado informal”.
Al menos desde el año 2011, los gobernantes cubanos orientaron la unificación monetaria como parte del proceso de reforma económica del país, pero hasta ahora sólo se han hecho anuncios y las pocas medidas tomadas apuntan a una dolarización de la economía.
En los últimos meses, las autoridades han vuelto a reiterar su intención de eliminar el CUC tan pronto como sea posible.
A mediados de julio, Díaz-Canel anunció que el proceso para la unificación monetaria en Cuba se hará en el menor tiempo posible y aseguró que la medida forma parte de un plan aprobado por el Consejo de Ministros con el fin de enfrentar la crítica situación económica del país.
"No podemos continuar haciendo lo mismo en nuestra vida económica porque de esa manera no está dando resultados", reconoció el gobernante cubano.
Según recuerda ahora la entrevista publicada en diversos medios oficialistas, la existencia de dos monedas (tres, con la reciente incorporación de la Moneda Libremente Convertible al panorama financiero) genera distorsiones en el sector empresarial de la isla y sobre todo en el consumo de la familia cubana.
Los distintos tipos de cambio presentes en el sector empresarial desestimulan las exportaciones y favorecen las importaciones, dice Ian Pedro Carbonell Karell, especialista de la Dirección General de Políticas Económicas del Banco Central. Además, dificultan la medición de las ejecuciones económicas y el control en el ámbito empresarial, así como aumentan el desbalance entre los precios minoristas y los mayoristas.
La circulación de doble moneda en Cuba también es causa del descontento popular, que gana sus salarios estatales en el peso cubano (CUP), y debe comprar la mayoría de lo que consume en el peso convertible (CUC), la moneda fuerte cuyo valor es semejante al del dólar y equivalente a 24 CUP según la tasa de cambio oficial.
Desde enero, el dólar aumentó su precio en los mercados informales del país ante los temores sobre la desaparición del CUC tras la anunciada unificación monetaria. El gobierno, por su parte, trata de calmar a los poseedores de CUC y les asegura que no serán afectados por la reforma.
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