La cubana Niorvis Deli Lamota, residente en El Cristo, en Santiago de Cuba, es una damnificada del huracán Sandy cuya vivienda, casi 8 años después, no ha sido reparada de los destrozos ocasionados por el huracán.
“Ya no da más la carpa esa, ¿cuántos años hace de Sandy?”, dijo Niorvis a Cubanet, en referencia a un apaño que intenta proporcionar a la vivienda un techo, cuya provisionalidad se ha eternizado en el tiempo.
A ello se suma que los cuartos de la vivienda tienen el suelo de tierra y la cocina también.
“No tengo condiciones, las condiciones pésimas”, dice la mujer, que además padece varias enfermedades que le impiden trabajar, algunas de ellas que se remontan incluso a su infancia.
“A veces quisiera hasta morirme para no pasar estos trabajos que estoy pasando con esta vivienda”, afirma.
Deli Lamota dice que en los últimos años desde el gobierno local le han hecho varias promesas de ayuda que al final no han quedado en nada. Incluso escribió dos cartas a la gobernadora de la provincia y siempre le dicen que tiene que esperar.
El caso de Niorvis Deli Lamota no es único, casi 8 años después, decenas de familias damnificadas por el devastador huracán Sandy, que dejó una decena fallecidos en la provincia de Santiago de Cuba, no han podido reconstruir sus viviendas.
En noviembre del 2019, otra familia de Santiago de Cuba en similar situación que Niorvis Deli Lamota denunció la falta de condiciones para "vivir dignamente", según declaró entonces al citado medio Teresa Caballero Romero, madre de familia y ama de casa.
En general, los damnificados del Sandy y de otros huracanes -como el Ike (2008)- argumentan que, pese a dirigirse a los organismos pertinentes, la ayuda se queda en promesas y en muchos papeles firmados que no acaban conduciendo a ninguna parte.
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