La seguridad del estado ha impedido a una monja acercarse este miércoles a la sede del Movimiento San Isidro (MSI) para brindar asistencia religiosa a los activistas que allí se encuentran en huelga de hambre.
La información la comparte el padre jesuita David Pantaleón en su cuenta de Facebook, en la que ha publicado un post en el que expresa sus ideas y consideraciones acerca del momento crítico que se está viviendo.
Según el padre David, la “hermana religiosa intentó llegar, sin publicidad y sin cámaras, hasta el grupo de jóvenes de San Isidro que están hace varios días encerrados en su local”. La monja, según cuenta el sacerdote, “solo quería dar un poco de asistencia religiosa ante la seria amenaza de muerte de los que llevan varios días en huelga de hambre y sed”.
“Estaba allí sin más bandera que la compasión por el que sufre, estaba allí empujada por su fe, por su vocación cristiana. Quería transmitirle consuelo y esperanza con su sola y frágil presencia de mujer consagrada. Pero no la dejaron acercarse. Le prohibieron entrar”, afirma el sacerdote de la Compañía de Jesús.
Los integrantes del Movimiento San Isidro que hacen huelga de hambre reclaman la actuación de las autoridades cubanas para que concedan la excarcelación del rapero Denis Solís. “Ellos permanecen allí pidiendo la liberación de uno de sus compañeros que consideran apresado injustamente y condenado sin defensa”, explica el padre en el post que comparte en su red social.
“Hasta en la celda de un criminal confeso, en cualquier lugar del mundo, se permite la visita del que trae el aliento de la fe. Hasta los presos condenados a muerte mantienen esos derechos”, reivindica el religioso.
No es el único episodio de coacción sobre los representantes de la iglesia católica que han intentado prestar auxilio a los integrantes del MSI. Este martes, a dos miembros de una congregación religiosa se les impidió llegar a la sede del MSI. Según informó La Hora de Cuba, al menos una de las monjas pertenecía a la Congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.
“No dejan entrar a la iglesia, no dejan entrar a los diplomáticos, es decir, ellos no quieren mediación, ellos no quieren negociar", expresaba Anamely Ramos, en una directa en vivo desde la sede, haciendo referencia a este episodio, en el que también se le prohibió el acceso al encargado de Negocios de la Embajada de los EEUU en Cuba, Timothy Zúñiga-Brown.
Asimismo, el MSI entregó una carta al Cardenal de Cuba, Juan García Rodríguez, donde se solicitó la intercepción de la iglesia. La carta fue publicada por Ramos en su perfil de Facebook, luego del último ataque violento ocurrido en la medianoche del pasado sábado.
Por su parte, un grupo de cubanos preocupados por la vida y la integridad física de los huelguistas del MSI entregó ayer martes una carta a Su Santidad, el Papa Francisco, solicitando su intercesión y la de la iglesia católica, para mediar con las autoridades de la isla y negociar con ellas una solución que satisfaga las demandas de justicia del movimiento.
“Nos duele todo esto”, dice el padre David. El jesuita reconoce que “no podemos cerrar los ojos y mirar hacia otro lado. No se trata solo de quien tiene la razón o no. No se trata de ideologías de izquierda o de derecha. Se trata de cosas tan simples como el derecho a vivir, a expresar lo que se piensa, a dialogar las diferencias sin “satanizar” al contrario, a que se respete la dignidad de todos y todas”.
“En este caso en concreto es el derecho (hasta por humana compasión) a la asistencia religiosa en momentos de peligro… Que les llegue, rompiendo muros y encierros, nuestra oración y aliento a los que allí sufren injustamente. Y que el Dios bueno, Padre de todos, abra caminos de dialogo y reconciliación” se lee en la publicación compartida por Pantaleón.
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