El periodista y escritor cubano Carlos Manuel Álvarez expuso este martes detalles del interrogatorio al que fue sometido el lunes por la Seguridad del Estado, luego de negarse a obedecer las órdenes de un oficial que le impedía salir de la casa de su abuela, en Cárdenas, Matanzas.
Según describió, el intercambio transcurrió en la oficina de Inmigración y Extranjería de Cárdenas. “Estuve tres horas en silencio, intentaron decirme que no estaban chantajeándome”, dijo en una directa vía Facebook.
Álvarez refirió que los oficiales intentaron remover sentimientos de afecto al llevarle a un agente que había estudiado en el preuniversitario vocacional de Matanzas, donde él también había estado antes de ingresar a la Universidad de La Habana a cursar la carrera de Periodismo.
“Hablaban del preuniversitario de Cárdenas, no de Oxford, pero uno podía percibir la manera en que lo sobrevaloraban”, señaló. También contó que le lanzaron advertencias, dejando entrever la verdadera naturaleza de sus intenciones.
“Tú sabes quiénes somos, de la manera que podemos actuar”, dijo el periodista que le comentaron. “Ellos reconocen la mafia que son”. Según el escritor, los represores te hacen creer que debes agradecerle que no sean tan violentos.
En otro momento, también me hablaron de mis padres, reconocidos como médicos y respetados en la localidad, al contrario de él, que era calificado como “mercenario”. Álvarez subrayó que el régimen en Cuba es marcadamente clasista, lo que caracteriza sus actos contra opositores, activistas y personas que pertenecen a la clase obrera y que, a diferencia de él, no cuentan con el reconocimiento y el apoyo internacionales. “Son maltratados sin que nadie lo sepa, vejados, desde una lógica clasista”, sostuvo.
Asimismo, al comienzo de la trasmisión, describió el poder en Cuba como profundamente racista, lo cual quedaba demostrado con la detención del rapero Denis Solís, hecho que dio lugar a la huelga de hambre del Movimiento San Isidro, la cual Álvarez acompañó. Señaló que no se podía perder la perspectiva de que todo lo que estaba aconteciendo era en apoyo a Solís, una demanda que aún no había sido resuelta. “Denis Solís sigue preso, eso es muy importante que no lo perdamos”, aseguró.
Álvarez se encuentra, desde hace más de dos semanas, en el domicilio de su abuela paterna en Cárdenas, de donde se le impedía salir con una vigilancia policial sostenida. El periodista fue detenido cuando intentaba dirigirse a casa de su madre en la misma ciudad.
Comentó que tenía pensado salir este martes, pero decidió hacerlo antes porque sintió que no debía estar retenido en la casa ni generar preocupaciones mayores para sus familiares en ella. Su prima, una estudiante de Medicina, grabó el arresto. “Ha estado rodilla en tierra con la familia”, dijo Álvarez y seguidamente reconoció que eso podría traerle consecuencias a la joven en su carrera.
Álvarez habló de los efectos que la vigilancia y el cerco policial estaban provocando en sus familiares, y contó que el domingo en la tarde su abuela estaba durmiendo y soñó que la policía irrumpía en la casa y se llevaba a su nieto, una imagen que se formó a partir de un ruido que se estaba produciendo en ese momento.
“Yo voy a seguir vigilado hasta que salga de Cuba”, dijo. “En algún momento tendré que hacerlo por algún compromisos afuera”, aseguró, aunque admitió que sus atenciones hacia el tema Cuba no disminuirían por ello, como sucede con casi todos los nacidos en la isla que viven el exilio.
La detención de Álvarez el lunes fue ejecutada por un oficial del Ministerio del Interior, vestido de civil, y grabada con una cámara por la Seguridad del Estado. Todo ocurrió frente a sus familiares. El padre de Álvarez pidió explicaciones al oficial de cuál era la causa judicial para detenerlo y advirtió que acudiría a los tribunales para denunciar lo ocurrido.
El periodista estuvo junto a los huelguistas del Movimiento San Isidro, en La Habana, hasta que un operativo desalojó forzadamente a todos de la vivienda donde se manifestaban para pedir la libertad de Solís.
El operativo policial del pasado 26 de noviembre fue justificado porque presuntamente el escritor había violado las regulaciones sanitarias por la pandemia del coronavirus al dirigirse a la sede del MSI, sin conocer los resultados de su primer PCR en el aeropuerto de La Habana. Luego, fue sometido a una segunda prueba, que dio negativo.
En la capital, permaneció cercado por la policía, pero le permitieron trasladarse a Cárdenas, donde vive su familia. Allí se ha mantenido también constantemente vigilado. En la directa de este martes, denunció igualmente lo que había sucedido con otros manifestantes, como la detención del joven Adrián Rubio Santos, de solo 18 años, cuando iba a comprar pan.
De igual modo, fue arrestada la reportera de CiberCuba, Iliana Hernández, que pretendía llegar a una cita en la Embajada de España. Además, la Seguridad del Estado ha mantenido un cerco sobre la escritora Katherine Bisquet y la artista Camila Lobón, a quienes le "dedicaron", a la vez, un acto de repudio.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: