El activista Oscar Casanella, uno de los huelguistas de San Isidro, ha instado a los cubanos a perder el miedo y a sumarse “a la lucha pacífica por una Cuba democrática”.
En una publicación en Facebook -a propósito de una hipotética nominación del Movimiento San Isidro (MSI) al Nobel de La Paz- Casanella aclaró que, “pese a la visibilidad que los participantes en la huelga han alcanzado”, todavía están “inconformes” pues su primera demanda, la liberación de Denis Solís, sigue sin conseguirse.
“Denis Solís, Luis Roble y todos los presos políticos aún están sufriendo una injusta privación de libertad y el país entre las tiendas en dólares y el nuevo ‘reordenamiento’ va hacia un desastre económico y social”, escribió el científico cubano, quien fue expulsado en 2016 de su trabajo en Instituto Nacional de Oncología y Radiología (INOR) por su amistad con opositores políticos.
“Por favor cubanos, súmense a la lucha pacífica por una Cuba democrática y pierdan el miedo”, añadió Casanella en su publicación de este viernes.
“Cada cubano puede en su actuar, ayudar aunque sea con pequeñas acciones, a lograr una Cuba con todos y para el bien de todos”, concluyó su petición.
Sin embargo, es alto el costo represivo de pequeñas acciones aisladas, como ha quedado evidenciado en el caso de Luis Robles Elizastigui, el cubano que el 5 de diciembre protestó con una pancarta pidiendo libertad en el céntrico bulevar de San Rafael, en La Habana Vieja.
Robles Elizastigui se encuentra en prisión provisional y ha sido acusado por el Gobierno de Cuba de "otros actos contra la Seguridad del Estado", según informó a CiberCuba el abogado Santiago Alpízar, del proyecto CubaDemanda, que asesora a la familia del detenido.
El joven está acusado de violar el artículo 124 y siguientes del Código Penal cubano, que establece privación de libertad de 10 a 20 años o la muerte a quien viole el espacio aéreo, penetre de forma clandestina en territorio nacional y organice o forme parte de grupos armados.
Tras su protesta en plena calle, Robles fue trasladado de inmediato a Villa Marista, centro de operaciones del MININT. A partir de ahí, tal como ha ocurrido con otros activistas, principalmente con los huelguistas de San Isidro, ha sido objeto de una campaña de difamación y han intentado atribuirle asociaciones con miembros del MSI y con otros opositores cubanos.
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