Estados Unidos afronta una mayor amenaza de terrorismo doméstico por parte de personas descontentas con el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre, informó en un aviso emitido este miércoles el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La advertencia se produce tras el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero por parte de partidarios del entonces presidente Donald Trump, en el que murieron cinco personas. También la toma de posesión de Joe Biden estuvo marcada por un aumento de la seguridad en Washington.
"La información sugiere que algunos extremistas violentos ideológicamente motivados con objeciones al ejercicio de la autoridad gubernamental y a la transición presidencial, así como otros agravios percibidos alimentados por narrativas falsas, podrían seguir movilizándose para incitar o cometer actos de violencia", manifestó el departamento.
No hay información sobre un complot específico creíble, pero es probable que la amenaza intensificada en todo Estados Unidos persista durante semanas, agregó la dependencia. Teniendo en cuenta la preocupación por esta amenaza de terrorismo interno, el Secretario Interino de Seguridad Nacional emitió hoy un Boletín del Sistema Nacional de Asesoramiento sobre Terrorismo (NTAS). El aviso expira el 30 de abril de 2021.
Después de consultar con la comunidad de inteligencia y los socios encargados de hacer cumplir la ley, el funcionario del DHS comprobó el temor que existe en torno a posibles amenazas a la seguridad nacional y su persistencia durante un tiempo.
“El DHS no tiene ninguna información que indique una trama específica y creíble. Sin embargo, los disturbios violentos han continuado en los últimos días y seguimos preocupados con las posibles movilizaciones y reacciones entre personas frustradas con el resultado de las elecciones”, declaró el funcionario.
Según se describe en el aviso emitido, “a lo largo de 2020, los extremistas violentos domésticos (DVE) se dirigieron a personas con puntos de vista opuestos que participaban en actividades de protesta no violentas protegidas por la Primera Enmienda. Los DVE motivados por una variedad de problemas, incluida la ira por las restricciones de COVID-19, los resultados de las elecciones de 2020 y el uso de la fuerza por parte de la policía, han planeado y, en ocasiones, llevado a cabo ataques contra instalaciones gubernamentales”.
“La tensión racial y étnica de larga data, incluida la oposición a la inmigración, ha impulsado los ataques de DVE, incluido un tiroteo en 2019 en El Paso, Texas, que mató a 23 personas. Al DHS le preocupa que estos mismos impulsores de la violencia se mantengan activos y que algunos DVE puedan envalentonarse por la violación del 6 de enero de 2021 del edificio del Capitolio de EE. UU. En Washington, D.C. para atacar a funcionarios electos e instalaciones gubernamentales”, advierte el boletín.
Asimismo, al DHS “le sigue preocupando que los extremistas violentos de cosecha propia (HVE) inspirados en grupos terroristas extranjeros, que cometieron tres ataques contra funcionarios gubernamentales en 2020, sigan siendo una amenaza. Las amenazas de violencia contra la infraestructura crítica, incluidos los sectores de telecomunicaciones, eléctrico y de salud, aumentaron en 2020 con extremistas violentos que citaron información errónea y teorías de conspiración sobre COVID-19 para sus acciones”.
Por último el boletín afirma que el “DHS, así como otras agencias federales y socios encargados de hacer cumplir la ley, continuarán tomando precauciones para proteger a las personas y la infraestructura en todo Estados Unidos. El DHS mantiene su compromiso de prevenir la violencia y las amenazas destinadas a intimidar o coaccionar a poblaciones específicas sobre la base de su religión, raza, etnia, identidad u opiniones políticas. El DHS alienta a los socios de seguridad nacional estatales, locales, tribales y territoriales a continuar priorizando las medidas de seguridad física, particularmente alrededor de las instalaciones gubernamentales, para proteger a las personas y la infraestructura crítica”.
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