El médico cubano, Eduardo Andrés González León, lamentó el fallecimiento de su hermano a consecuencia de un broncoespasmo y atribuyó la verdadera causa de la muerte a la profunda escasez de medicamentos que atraviesa el país.
En la red social Facebook, el también especialista de la salud, Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, quien fuera expulsado de su trabajo por su posición crítica respecto a las deficiencias del sistema, compartió las palabras de Eduardo y denunció el estado de desprotección que sufren los enfermos en la isla. Al punto de que la escasez de un diurético como la furosemida puede costar vidas.
“Me llega este mensaje de otro MÉDICO, que por las cosas que reclamo y por lo que me expulsaron del sector, acaba de perder a su hermano por falta de medicamentos, como él mismo explica, medicinas tan simples como la furosemida y la aminofilina. Entonces yo soy el loco, el contrarrevolucionario, el marginal”, comienza su post Alexander Figueredo.
“Otro médico que experimenta el dolor de que no bastan los conocimientos cuando no tenemos los recursos, entonces médicos...¿Van a seguir aguantando ver morir pacientes?, O van a esperar ver morir a un familiar?”, cuestiona el galeno.
Por su parte, Eduardo Andrés González agradece la atención del personal que asistió a su hermano, no obstante, reconoce que la causa que lo condujo al fallecimiento fue la carencia de fármacos como la aminofilina y la furosemida.
“Quiero agradecerle a todo el equipo Médico de la Unidad de Cuidados Progresivos en el Hospital Carlos Manuel de Cespedes, en Bayamo, Granma, que dieron e hicieron todo lo que humanamente se podía hacer. Hicieron su mejor tarea, colegas”, comienza su publicación.
“Sabemos que sin los medicamentos necesarios es imposible salvar una vida. Sé mejor que nadie todo lo que se siente, colegas míos. A mí me duele más que nadie el saber cómo mi hermano se ahogaba con sus propios fluidos, con un edema agudo de pulmón, y no tener la furosemida, sé que en medio de su broncoespasmo es difícil no tener una aminofilina que poner, una morfina para aliviar su ansiedad”, explica el sanitario.
“Ese desespero, es el desespero de todo un país que sufre de la escasez que tenemos de recursos materiales (...) En nombre de mi hermano y de toda su familia allegada, le agradecemos al Servicio Médico del Hospital Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, Granma”, concluye el joven.
La crisis de la industria biofarmacéutica cubana se está manifestando hace más de un año y ha afectado a una gran parte de la población cubana. En una sociedad envejecida, donde la prevalencia de hipertensión arterial asciende a 225,2 por cada 1000 habitantes, según datos del gobierno, fármacos como los diuréticos, inhibidores como el enalapril y el captopril, o la sencilla aspirina han sufrido una casi absoluta desaparición de la venta comunitaria.
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