Un campesino se quejó de peloteo burocrático tras solicitar durante ocho años seguidos la contratación e instalación del servicio eléctrico para su finca en la localidad Candelaria, municipio de Cienfuegos, en el centro-sur de Cuba.
En carta a la sección “Acuse de recibo” del diario Juventud Rebelde, Víctor Robert Vicente cuenta que a su finca de nombre “Sí se puede” no se ha podido llevar la electricidad aun cuando ha acudido cada año a la Empresa Eléctrica y ha apelado a su Cooperativa para que interceda.
Así glosa el periodista José Alejandro Rodríguez la historia de Vicente: “en 2012, cuando le entregaron la tierra en usufructo, inició trámites de solicitud de electricidad, para irrigar las siembras y alumbrar su casa.
”En visita a la Empresa Eléctrica, el director comercial le orientó dirigirse a su CCS [Cooperativa de Crédito y Servicios] para hacer la solicitud a fines de año, y ser incluido en el plan de instalación de 2013. Y la dirección de la CCS le informó que lo incluirían para esa solicitud. Al comenzar 2013, en la primera reunión del año indagó y le dijeron que no se hizo la solicitud.
”En la Empresa Eléctrica le reiteraron que el trámite lo hace la dirección de la CCS; que a fines de 2012 debían haber hecho la solicitud, pues ya para entonces no se podía incluir en el plan de 2013. Debía esperar para incluirlo en el de 2014”.
“Y así ha sucedido año tras año por espacio de ocho años consecutivos”, dijo el campesino en su queja dirigida al segundo periódico oficialista en importancia de Cuba.
Durante 2020 y hasta la fecha, las cosas han seguido sin resolverse, pero ahora hay al menos una respuesta oficial para Vicente, quien ha dicho sentirse, según el diario, “burdamente engañado y peloteado”.
El director general de la Empresa Eléctrica Cienfuegos, Dorgi Monzón Santos, aseguró —una contestación recabada por Juventud Rebelde— que por indicación suya representantes de la Empresa Eléctrica visitaron la finca de Vicente y se entrevistaron con el “productor y otros socios de la CCS” y concluyeron que “Sí se puede” “se halla fuera de la norma técnica para electrificar por las vías establecidas sin necesidad de inversión adicional”.
O sea, “a más de 400 metros del área servida con electricidad. Y por norma”, adujo Monzón Santos, “se da servicio hasta los 25 metros del secundario”.
La reseña de caso sigue el hilo inextricable de la burocracia mediante la explicación del funcionario: dadas las circunstancias, “se prevé que el organismo correspondiente, en ese caso el Ministerio de la Agricultura, proponga hacer una inversión para llevar el servicio eléctrico hasta aquellos sitios que considere de interés productivo”.
“Pero la Empresa Eléctrica de Cienfuegos no ha recibido propuesta alguna al respecto”, se lee a continuación en el artículo titulado “La cooperativa no lo solicitó”. “Por tanto, en los planes para 2021 y 2022 no está aprobada ninguna inversión para electrificar dicha finca”.
“Entendemos el interés del productor, pero a partir de los aspectos señalados anteriormente, y la imputación de responsabilidad a nuestra empresa en lo que el cliente definió como “peloteo y maltrato”, declaramos Sin razón la queja. Podemos agregar que él mismo reconoce que estos elementos le habían sido explicados anteriormente en la Empresa Eléctrica”, concluyó a modo de veredicto Monzón Santos.
Ocho años después, el campesino Víctor Robert Vicente parece haber conseguido por fin una sentencia clara, y ahora tendrá que dirigirse al Ministerio de Agricultura para que su predio se “considere de interés productivo” y pueda echarse a andar nuevamente la rueda de los trámites.
La finca “Sí se puede” —un enclave para la producción de alimentos en una Cubade escasez y largas colas— seguirá por lo pronto sin luz, porque no se puede…
Es la ironía, en cambio, lo único que resulta fulgurante en este caso.
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