La periodista independiente y reportera de CiberCuba Iliana Hernández cumplió este martes 39 días sin poder salir de su domicilio.
Hernández publicó una foto del agente de la Seguridad del Estado que le impide salir de su casa y escribió en Twitter: "Día 39 con los sicarios del régimen fuera de mi vivienda esto debe acabar ya, es demasiado y sin contar que tengo que buscar otras vías para conectarme a internet porque tienen mi línea censurada".
No es la primera vez que Hernández denuncia en las redes una situación equivalente a la prisión domiciliaria, pero sin orden judicial que la avale.
Durante estas cinco semanas ha mostrado en sus redes sociales el acoso del régimen, que día y noche ha enviado a sus agentes represores a colocarse en la esquina de su domicilio para velar todos sus movimientos y garantizar que se mantenga enclaustrada.
En el último año, la colaboradora de CiberCuba ha sufrido numerosos actos de acoso, incluso, un mitin de repudio por una turba de manifestantes que le gritaron mercenaria y otros insultos.
En diciembre, la Seguridad del Estado colocó cámaras de seguridad en la casa del presidente del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) de su cuadra, para mantener el control sobre la periodista.
El acoso constante a Iliana Hernández constituye una represalia a su activismo, su postura de crítica y oposición al régimen, así como su apoyo a los miembros del Movimiento San Isidro y otras protestas ciudadanas.
La represión hacia ella ha aumentado desde que se acuartelara en la sede del MSI, el pasado noviembre.
Desde entonces Hernández ha sido detenida, interrogada, amenazada y golpeada, ha permanecido bajo arresto domiciliario, le han retirado los servicios de Internet y ha sido víctima de actos de repudio en su propio barrio de Cojímar.
La periodista también ha sido víctima de una campaña de descrédito por parte del Gobierno cubano en programas de la TV Nacional.
Hernández, sin embargo, no se ha cansado de denunciar el terrorismo de estado que practica el régimen cubano sobre los opositores y activistas que reclaman derechos y libertades en la isla.
El pasado 10 de abril, la reportera decidió enfrentarse a sus represores y salió a la calle, desde donde transmitió en directo imágenes del agente de la Seguridad del Estado que la vigila.
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