El pasaporte digital COVID-19, diseñado para registrar los datos de personas vacunadas contra el virus en Cuba se encuentra en fase de prueba.
Un reportaje de la Televisión Nacional indicó que la herramienta está diseñada por el equipo Z-17 de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
Los especialistas de la UCI señalan que tuvieron como referentes otros pasaportes digitales que se usan en el mundo actualmente. Argumentan que han trabajado en que el cubano ofrezca confidencialidad de los datos, seguridad y que cumpla con los requisitos internacionales.
Será necesario llenar los acápites a través de una página web, en la que se incluirán datos personales y otros propios del proceso de vacunación.
La información será verificada de modo instantáneo contra los datos oficiales del proceso vacunatorio que lleva el país. Luego se recibirá el certificado con un código QR, exclusivo, que contendrá los datos personales y los elementos de interés sanitario.
El Ministerio de Salud Pública cubano será el encargado de determinar las posible oportunidades de uso que tendrá el pasaporte digital COVID-19 una vez sea aprobado el proyecto.
Los especialistas que trabajan en el proyecto desarrollaron tres soluciones para que las personas puedan usar este pasaporte digital, ya sea impreso, para enviarlo por correo electrónico o para usarlo como una imagen en el teléfono móvil.
Entre los objetivos de los creadores de este proyecto está que llegue a convertirse en el pasaporte de vacunación de cada cubano, no solo para la COVID-19 sino para todas las vacunas que se aplican en el país. Además, permitirá al usuario tener la información de otras personas de su familia.
La pasada semana el gobierno cubano anunció que estaba preparando el pasaporte digital para los ciudadanos vacunados contra el coronavirus en Cuba. Allan Pierra, director del Centro de Soporte Tecnológico de la UCI explicó que el objetivo es que cualquier cubano pueda tener en su móvil ese pasaporte que sigue estándares internacionales.
En mayo comenzó en Cuba la "intervención sanitaria" que no es otra cosa que una campaña de vacunación masiva pero con candidatos vacunales que aún no han recibido el visto bueno de las autoridades reguladoras. Tampoco existen datos oficiales aún que demuestren su eficacia.
La Habana, es el territorio en que más avanza la vacunación. Los mayores de 60 años están recibiendo dosis de Abdala. Los cubanos han acudido masivamente a los consultorios a recibir la primera de las tres dosis necesarias, sin cuestionarse la efectividad de las mismas.
Este fin de semana el servicio público de radio y televisión del Reino Unido analizó los riesgos del programa de vacunación de Cuba. Alertó sobre la falta de evidencia científica que respalde el uso de los candidatos vacunales en la isla.
Señalaron que existe la posibilidad de que la ineficacia de alguno de los candidatos vacunales producidos en Cuba sea aprovechada por el virus para mutar en una cepa más peligrosa.
"Otro riesgo con el SARs-CoV-2 es que ya hemos visto su capacidad para mutar. Si la vacuna utilizada genera una respuesta inmune débil, podrían surgir cepas más peligrosas (si el virus puede mutar y continuar propagándose)", dijo Andrea Carcelen, científica de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.
El Doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología, dijo esta semana que aún no se ve el efecto de la vacunación en la tasa de incidencia del coronavirus en Cuba, pues sigue siendo muy alta.
“Sobre todo porque todavía no se ha avanzado lo suficiente con los candidatos vacunales, que es lo que se está aplicando en estos momentos, como para ver un efecto y una reducción de la morbilidad”, concluyó el especialista antes de añadir que nuevamente había una elevada cifra de fallecidos y de nuevos casos de coronavirus diagnosticados en 24 horas.
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