Este jueves 10 de junio se cumplió un año de la muerte de la diva cubana Rosita Fornés. CiberCuba habló con su única hija, Rosa María Medel y con su único yerno y además representante de la vedette, José Antonio Jiménez.
A la pregunta de si ha sido difícil ser hija de una mujer excepcional, Rosa María Medel no dudó y contestó que sí. "Ése ha sido unos de los compromisos, además de mi matrimonio con José Antonio, más grandes que he tenido desde que nací".
Al ser actriz como su madre, Medel reconoce que le exigían muchas cosas y ella se exigía también muchísimo. "No eres la hija de Pepe, el globero. En un momento chocaba un poquito, pero siempre me sentí yo misma aunque me encantaba y nunca me preocupó que me dijeran "la hija de Rosita". Al contrario. Eso para mí siempre ha sido un orgullo. Yo a ella la respeté mucho y la admiré mucho. El valor siempre se lo di desde muy pequeña. Pero sí, la cosa era que estaba trabajando al lado de ella".
Medel cuenta además que su madre era muy exigente con su trabajo. "No era una persona que te dijera, sí mi amor, todo te quedó bien. Ella siempre fue una persona muy objetiva y cuando no le gustaba una cosa, lo decía. Realmente fue una relación muy hermosa que tuvimos ella y yo", señaló.
Rosita Fornés falleció el año pasado a los 97 años, pero para su familia tiene la sensación de que aún vive. "A veces vamos adonde ella vivía y parece talmente que vamos a ver a Rosita", comenta el también realizador José Antonio Jiménez.
"Rosita fue un ser con una presencia muy fuerte. Tenía un ángel muy grande. Fue un ser de esos que sale uno cada muchos años", añadió.
"Yo la recordaré hasta el tiempo que me dure en esta dimensión", recalcó Medel.
Por su parte, su esposo José Antonio Jiménez comentó asimismo que el mejor cargo que ostentó fue el de ser el yerno de Rosita. Cuenta que llegaba a los lugares y se presentaba como director y la gente le preguntaba si era el yerno de Rosita y las puertas se le abrían.
Ambos reconocen que se convirtieron en los consejeros de una diva modesta, que nunca quiso sobresalir más que nadie y que quería que la recordaran como una mujer agradecida con su público.
Para recordarla en su primer aniversario, la familia Jiménez-Medel tiene previsto editar este año un libro de fotografías dedicado a Rosita Fornés. Tendrá 208 páginas y 170 fotos en blanco y negro de una de las más grandes divas que ha dado Cuba.
Ayer, cuando se cumplía un año de su muerte, un grupo de cubanos de todas las razas y procedencias se reunió en el Cementerio de Colón a hacerle un responso a la vedette.
Allí, frente a su tumba, también se cantaron canciones y se recordaron anécdotas que retratan a Rosita Fornés como una mujer conciliadora con la que daba gusto compartir el aire, el trabajo y la amistad.
También este jueves además, familiares y allegados le hicieron una misa cantada en la iglesia del Corpus Christi, de Miami, que tenía previsto contar con la actuación de la cantante lírica Lucy Provedo. "Vamos a recordarla con todo el amor, el cariño y admiración que ella se merece", dijo a CiberCuba, Rosa María Medel.
Rosita Fornés fue enterrada en Cuba por expresa decisión suya. En plena pandemia de la COVID 19, su familia viajó a La Habana y realizó el velorio en el Teatro Martí, gracias a la ayuda del entonces historiador de La Habana Eusebio Leal.
Cuenta su familia que sin apenas avisar a nadie, se montó una fila larguísima de cubanos que en plena pandemia acudió a despedirse de la vedette de Cuba.
A continuación, la entrevista completa.
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