Familiares y amigos de Richard George Rovirosa, de 60 años, y su esposa, María Teresa Rovirosa, de 58, aún mantienen la esperanza de que ocurra un milagro en las labores de rescate del colapso del edificio Champlain Towers South en Surfside, Miami Beach.
“Ni siquiera quiero decir que se han ido porque todavía pensamos que puede ocurrir un milagro”, declaró este miércoles Carolina Rovirosa Marrelli, prima de la pareja, al diario Miami Herald.
“Mi esposo ha sido un santo, y cuida a los niños durante horas en un momento en que lo único que puedo hacer es caminar por la playa y trabajar para curar mi corazón por mi familia desaparecida”, dijo.
Como muchos familiares y amigos, Marrelli aún mantiene la esperanza de que los rescatistas encuentren vivos, bajos los escombros del edificio colapsado, al matrimonio de Ricky y Maituca, como todos los conocían.
Ellos vivían en el tercer piso del condominio que se cayó en las primeras horas del 24 de junio último.
Para Marelli, la pareja es como si fueran sus tíos, por la diferencia de edad. Él gusta del baile, además de ser un hombre muy guapo. Ella es una mujer bella y muy dulce, dice.
Los dos son padres de Adriana y Alejandra, quienes se graduaron de Carrollton School of the Sacred Heart in Coconut Grove.
La familia Rovirosa se dedica al negocio de carga y descarga en PortMiami y Port Everglades, al frente de Florida Stevedoring Inc., desde hace décadas. Esa empresa tiene sus raíces en La Habana, cuando Frank A. Rovirosa padre fundó allí una compañía de estiba con su nombre en 1937.
Al menos unos 15 cubanos, algunos ya han sido encontrados entre las víctimas fallecidas, quedaron atrapados bajo los escombros en la madrugada del desastre.
Las labores de rescate en el Champlain Towers South se mantienen y hasta ahora el desastre ha dejado un saldo de 46 fallecidos, de las cuales solo se han identificado 32, mientras que permanecen desaparecidas 95 personas.
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