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Organizaciones defensoras de los derechos humanos suscribieron una carta al Comité del Nobel de la Paz advirtiendo de las consecuencias de galardonar a la brigada médica cubana Henry Reeve, cuyos miembros son víctimas de explotación laboral por parte del gobierno cubano.
Con la misiva, Archivo Cuba, No Somos Desertores, la Asociación Sindical Independiente de Cuba y el Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba pretenden aunar esfuerzos ante lo que consideran una estrategia del régimen cubano para silenciar las denuncias de su personal de salud, incluidos exmiembros de la brigada hoy nominada al Nobel.
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La carta enumera las violaciones que se cometen sistemáticamente en las misiones médicas cubanas con beneplácito del gobierno cubano, a saber: la coacción en la firma de contratos que vulneran los derechos y libertades de los trabajadores, la separación familiar forzada, las regulaciones arbitrarias y medidas disciplinarias que los controlan.
El documento menciona, además, la retención de la mayor parte del salario de los sanitarios, el impedimento de entrar a Cuba por ocho años si abandonan el contrato antes de término, el abuso de los derechos laborales más básicos, la vigilancia constante, el bloqueo a sus títulos y credenciales, las inseguras condiciones de vida y trabajo, así como el acoso sexual en el caso de las mujeres.
Los firmantes consideran que, con tales precedentes, un Premio Nobel sería un fuerte golpe a la defensa de los derechos de los trabajadores explotados y de la población cubana, que sufre el desvío de recursos humanos e insumos médicos al exterior.
“Vemos con dolor y frustración como la población cubana se ha visto muy afectada por la escasez de médicos, principalmente de especialistas, por el envío masivo de los trabajadores de la salud al exterior para generar divisas y que ni siquiera se invierten en mejorar el depauperado sistema sanitario de nuestro país”, destaca la carta.
Señala, además, que “muchos países con acuerdos en el área de la salud con Cuba reciben de Cuba suministros médicos y medicamentos que no están disponibles para la población cubana”.
La misiva advierte al Comité del Nobel que, a pesar de los abusos que han sufrido, los sanitarios cubanos no han dejado de “cumplir con el compromiso profesional y sentimiento humanitario que merece todo paciente dentro y fuera de Cuba”. De ambos atributos se aprovechan las autoridades cubanas para lucrar a costa de la explotación de sus profesionales.
Las organizaciones firmantes invitan a todo médico, enfermero, técnico o personal de apoyo que sea o haya sido parte de alguna misión internacional de la salud o brigada de emergencia cubana que sumen su firma antes del 16 de agosto, fecha en que será enviada la carta. En agosto concluye el proceso de revisión de los nominados con vistas a su selección por parte del Comité Noruego del Nobel.
Asimismo, solicitan el respaldo de individuos y organizaciones que defienden los derechos humanos para que hagan llegar denuncias al Comité del Nobel y difundir el llamado a los trabajadores cubanos que estén participando o hayan integrado misiones médicas.
De esta forma, la advertencia al Comité del Nobel es clara: Premiar con el Nobel de la Paz a un colectivo que perpetúa formas de esclavitud moderna, además de empañar el prestigio del galardón y sus destinatarios pasados y futuros, brindaría un espaldarazo al régimen de La Habana en detrimento del pueblo cubano y de la defensa de los derechos humanos en el mundo.
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